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27 de mayo de 2020 10:25

Las ‘hermanas 4X4’ no paran

Una religiosa deja ayuda humanitaria en la casa de una familia en Catacocha, Loja.

Una religiosa deja ayuda humanitaria en la casa de una familia en Catacocha, Loja. Foto: Cortesía Compañía Hijas de la caridad

Betty Beltrán

A esos lugares donde nadie o pocos llegan, ahí están ellas. Las hermanas de la Compañía Hijas de la Caridad son todo­terreno y en esta emergencia sanitaria han entregado alimentos a las personas más vulnerables, aquellas que viven en los lugares más recónditos del país.

“Donde las papas queman”, dicen con cierto orgullo. Solo en Quito, la propia sor Ana María Maldonado, la visitadora de la provincia del Ecuador, entregó raciones de comida para que se lleve a una familia del barrio La Libertad (Centro de Quito) que dio positivo al covid-19.

Todas las hermanas están arropadas por la Familia Vicentina (Favi) que, a más de las religiosas, la integran otros grupos de consagrados y laicos que sirven a los más pobres de los pobres.

Lo hacen, comenta sor Ana María, con el espíritu de sus mentores: Vicente de Paúl y Luisa de Marillac. Su labor está en todo el mundo, en el Ecuador cubre las 24 provincias y suman más de 1 000 personas en las tareas.

Mónica Cobos, coordinadora de Favi Ecuador, cuenta que la organización tiene nueve vertientes: Hijas de la Caridad, Asociación Internacional de Caridades, Congregación de la Misión, Sociedad San Vicente de Paúl, Juventudes Marianas Vicentinas, Asociación de la Medalla Milagrosa, Misioneros Seglares Vicentinos, Misioneros Indígenas Vicentinos y Luisitas y Vicentitos.

Cada una tiene una misión específica, pero a raíz de la emergencia sanitaria todas se decantaron por la entrega de alimentos a los desposeídos y seguir con la construcción de viviendas para familias vulnerables. La campaña ‘Para cuidarnos todos’ fue lanzada el pasado 15 de abril.

La idea es cubrir las necesidades de 2 000 hogares de todo el país y durante el tiempo que dure la cuarentena. Si desea colaborar con esta causa puede hacer su aporte solidario a nombre de la Compañía de las Hijas de la Caridad, a la cuenta 12005836048 del Produbanco (RUC: 1791304845001).

También está la autogestión de cada una de las nueve ramas de la Favi. Por ejemplo, la Sociedad San Vicente de Paúl, ayuda a 25 familias pobres del sur y Centro de Quito, con alimentos y últimamente con productos de limpieza, comenta Jorge Villa, presidente nacional del grupo.

Al inicio, las entregas las hacían con moto y llevaban pocas bolsas, cada una con un peso de 25 libras y 12 productos (arroz, avena, sal, atún…). Últimamente van en una furgoneta y en cinco horas llegan a unas cuatro viviendas, porque son muy distantes.

Y han llegado hasta San Martín de Porras, barrio del sur de Quito, allí viven dos mayorcitos de 72 y 75 años en extrema pobreza; también fueron a la Argelia Alta, igual en el sur, donde colaboran a una familia de estibadores con un hijo de 28 años que tiene convulsiones periódicas.

A estas personas, agrega Villa, son a quienes se socorre porque “no les llega ninguna otra clase de ayuda y porque el hambre no descansa, no tiene feriados y no toma vacaciones”.

El grupo de Luisitas y Vicentitos también está superactivo, menciona sor Carmita Paladines. Junto a las religiosas, los coordinadores seglares han llegado a las zonas rurales más distantes de la provincia fronteriza de El Oro donde no entran vehículos y hay que caminar un mundo.

Hay harta necesidad en el caserío La Primavera, a dos horas adentro de Piñas. Allí habita una familia muy pobre con 11 hijos (la última niña tiene 2 meses de nacida), el padre tiene 45 años y la madre, 42. Su casa ya mismo se va al suelo, apostilla sor Carmita.

Nadie los visita y viven de la agricultura, pero como la zona es muy fría difícilmente se produce variedad de alimentos, solo tienen plátano con lo que se alimentan de día y de noche.

Más al sur, en la comuna Fátima, la Favi ayuda a reconstruir 13 casas; para la Semana Santa estaba previsto activar la misión para construirlas, pero todo se trastocó con la emergencia sa­nitaria. Sin embargo, las Hijas de la Caridad del sector continúan con esa tarea porque son las religiosas 4X4.