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18 de enero de 2019 09:26

El gurú de las momias visitará a la de Guano

Marta Romero, del INPC, muestra los equipos que se utilizarán para analizar el cuerpo del monje. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Marta Romero, del INPC, muestra los equipos que se utilizarán para analizar el cuerpo del monje. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

Se llamaba fray Lázaro de Santofimia, era el guardián de la iglesia franciscana de la Asunción de Guano (Chimborazo), entre los años de 1565 y 1572. Al morir habría tenido entre 55 y 60 años, y una estatura de 1,56 metros.

Ahora, la llamada ‘Momia de Guano’ tiene casi 500 años de antigüedad y aún se pueden identificar sus rasgos faciales y sus extremidades, así como el rictus de incomodidad o dolor con el que le sorprendió la muerte. Es una pieza inigualable y la única en el país.

Pero, ¿de qué murió el fray? Justo eso es que lo que se quiere saber con los estudios que le hará, a partir del 29 de enero, el científico forense francés Philippe Charlier, el ‘quitarán de ahí’ de este tipo de estudios.

El extranjero de 42 años es el director de investigaciones del Museo Quai Branly (París) y un referente en los museos etnográficos del mundo. Se ha especializado en el análisis de vestigios humanos antiguos y momias, y ha participado en proyectos de investigación de los restos de Adolf Hitler y Juana de Arco. Incluso hizo la reconstitución del rostro de Maximilien Robespierre.

Los exámenes a la ‘Momia de Guano’ serán especializados, comenta Marta Romero, responsable del Laboratorio de Investigación del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). Hace unos años se hicieron análisis no tan al detalle, como el de la National Geographic entre el 2001 y el 2003. Además, fue sometida a un trabajo de conservación entre el 2009 y el 2010.

Ahora, Charlier estudiará los restos con aparatos de la más alta tecnología. Se harán tomografías, análisis de muestras de cabello, genéticos, fibroscópicos y toxicológicos para determinar las razones de la muerte del monje. Con ello se espera tener un documento base sobre esta investigación y desarrollar una serie de herramientas más didácticas y de imagen que puedan estar en el museo de Guano, menciona Romero.

Un día antes de la llegada del científico (el 28 de enero), un equipo especializado del INPC (dos restauradores y un químico) llegará a Guano para poner a la momia en un recipiente adecuado y movilizarla a la capital. La primera parada será en la clínica de la Universidad de San Francisco de Quito, entidad que facilitará sus instalaciones para que el científico forense realice varios análisis, especialmente de tomografía.

Luego la llevarán a un área especial del INPC, acondicionada con todos los protocolos de bioseguridad, menciona Romero. Allí, Charlier tomará algunas muestras para hacer los exámenes que incluyen un escáner médico, muestras de cabello para un análisis toxicológico y eventualmente genético. Se calcula que dentro de tres meses se tendrán los resultados.