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15 de octubre de 2020 16:40

Fritadas de El Inca, medio siglo en Quito

Todas las medidas de seguridad mantienen la confianza de los clientes. Foto: Diego Pallero / ÚN

Todas las medidas de seguridad mantienen la confianza de los clientes. Foto: Diego Pallero / ÚN

Redacción Últimas Noticias. (I)

Es uno de los lugares más antiguos y emblemáticos de El Inca, en el norte de Quito. Las Fritadas del Inca nació de la mano de Angelita Carvajal, abuelita de Hugo Yánez, el actual propietario de este local ubicado en El Inca E1145 y De las Toronjas.

Los inicios del negocio se remontan hace más de 80 años, cuenta don Hugo. En plena esquina de la Morlán e Isaac Albéniz, la matrona de la familia comenzó a vender tortillas con caucara, caldito de pata...

Luego, una de sus hijas le agarró gusto al emprendimiento y lo encausó para que la marca tomara vuelo y sea lo que actualmente es. La madre de don Hugo fue quien consolidó al negocio y se ubicó en la esquina de El Inca y 6 de Diciembre.

Con el tiempo y las aguas, compró un terreno donde actualmente están las Fritadas del Inca, y en el 2003 don Hugo tomó la batuta. A partir de ese entonces aumentó el número de platos típicos: ofrece 16 comidas típicas, toditas de la Sierra ecuatoriana.

Pero la reina del local siempre fue la jugosa fritada, le sigue el seco de chivo, el menudo y el caldo de manguera (o salchicha).

La atención es preferencial y el equipo de don Hugo hace patria, ¿no ve que atiende todos los santos días? De domingo a domingo, desde las 07:30 hasta las 17:00. Aunque la levantada es a las 04:00 para preparar tantos platos que ofertan.

Con el tema de la pandemia, Fritadas del Inca dio un valor agregado al servicio y desde que volvió a atender, a inicios de junio, los potajes también se llevan a la puerta de la casa del cliente. Y siempre le entregan con doble yapa y con las variadas ofertas que se activan cada semana.

Ese servicio a domicilio se quedará de aquí a la eternidad, aclara don Hugo. Todo porque, insiste una y otra vez, el cliente es quien manda y si no desea ir al local con toda confianza puede llamar y solicitar su pedido al 099 262 0271 de Fritadas del Inca.

Obviamente que las puertas del local están abiertas de par en par, y mientras degusta un delicioso plato típico puede escuchar la buena música y recibir las atenciones del personal. Ah, lo más importante: las medidas de bioseguridad están filitas.

Como el producto es garantizado, fresquito y con la exquisita sazón, la fritada y el hornado se terminan al paso. Su clientela sabe que allí se cocina manualmente, con cariño y alegría, porque -como dice don Hugo- nunca falta la sal quiteña y una sonrisa.