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18 de junio de 2022 22:18

La Floresta ya tiene su libro

La Floresta, como un barrio consolidado, ya tiene un poco más de 100 años desde que fue fundado. Foto: cortesía

La Floresta, como un barrio consolidado, ya tiene un poco más de 100 años desde que fue fundado. Foto: cortesía

Karen Madrid

La Floresta, en el centro norte de Quito, publicó su libro rojo con el fin de guardar una memoria viva de lo que significa el barrio para los vecinos y la ciudad.

La idea de crear el libro surgió cuando La Floresta cumplió su centenario de fundación, en el 2017.

“El Comité pro mejoras tomó la decisión de crear un libro de manera colectiva, que dé cuenta de estos primeros 100 años del barrio”, señala Maximiliano Donoso, presidente de la organización civil.

El texto se llama ‘La Floresta: testimonios de vecindad y patrimonio’ y está dividido en cinco partes.

El vecino Andrés Vallejo, quien se ocupó de la selección de textos y edición fotográfica, menciona que el propósito de la creación de este libro fue recoger el patrimonio de La Floresta y su historia. “Es importante que haya un registro de la construcción ciudadana, de lo que las personas quieren para el barrio”, dice Vallejo.

La primera parte del texto se refiera a la historia del sector (1917-2017), y su aporte para Quito. El segundo capítulo recoge testimonios de los vecinos, acerca de lo que significa vivir en este lugar. Allí participaron escritores, historiadores, cineastas, artesanos, entre otros.

Rocío Bastidas, docente jubilada y colaboradora del libro, vive un poco más de 43 años en el barrio. Para ella, vivir en ese lugar “significa una sintonía entre lo que uno anhela para vivir y lo que tiene en su alrededor con los vecinos, para compartir ideas y emprender acciones que mejoren la vida de la comunidad”.

La tercera parte tiene que ver con la organización social; es decir, la participación ciudadana. Ahí se menciona el papel del Comité pro mejoras que ya tiene 29 años de vida.

La elaboración del libro tomó alrededor de dos años. Foto: cortesía


“Gracias a sus luchas, ha conseguido algunos hitos históricos para la ciudad, que tienen que ver, por ejemplo, con la Ordenanza No. 135 que se mantiene vigente”, cuenta Bastidas.

Esta normativa se refiere a la prohibición de bares, discotecas, karaokes y otros centros de recreación nocturna en el área. También a la construcción de grandes edificaciones.

Un cuarto capítulo está dedicado al arte urbano y a la conservación del patrimonio natural de La Floresta, con especies autóctonas como: arupos, cholanes, coco cumbis y otros árboles.

El libro cierra con un espacio de utopía, en donde los vecinos comparten la mirada que tienen hacia el futuro del barrio.

“La característica distintiva de La Floresta es que es diversa, alberga desde grandes negocios hasta pequeños emprendimientos”, cuenta Vallejo.

Para él, uno de los principales retos que tiene el barrio es hacer que los vecinos se queden allí y eviten irse a otros lugares.

También busca que haya más espacio para la recreación de los guaguas, ya que si bien hay parques, estos son pequeños.

La construcción de este texto tuvo el aporte de la comunidad, universidades, empresas y otros actores.

Con decirle que los vecinos ya están preparando un segundo libro rojo, que tendrá como protagonista a la historia y retos del Hotel Quito, en vista del plan inmobiliario de crear edificaciones a su alrededor.

Por ello, los vecinos piden más respeto a las construcciones patrimoniales e invitan a toda la ciudadanía a que les aconsejen ideas alternativas para las construcciones futuras en el hotel.