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12 de septiembre de 2019 09:34

Eugenio Espejo, el héroe olvidado

Puede ver la tumba de Eugenio Espejo de lunes a jueves, entre 08:00 y 15:00. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Puede ver la tumba de Eugenio Espejo de lunes a jueves, entre 08:00 y 15:00. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

Eugenio Espejo está en la boca de medio mundo porque su testamento desapareció del Archivo Nacional. Pero, ¿qué pasa con otros documentos relacionados con su vida?, ¿qué pasa con su tumba?

En las entrañas de la capilla de San José, entre la iglesia de El Tejar y el cementerio del mismo nombre (calle El Retiro), están los restos de ‘El Duende’. Antes de ingresar hay que pedir autorización a los hermanos de la Toca de Asís, quienes cuidan el sitio.

Ya con el pase, se ingresa por una puerta lateral del templo, pues la entrada principal solo se abre los martes, entre 07:00 y 08:00, para la misa. Se baja hacia un túnel que va en dirección oriente y cruza buena parte del lugar.

Hay dos bóvedas. En la primera hay nichos clausurados desde hace tiempo y solo uno guarda los restos de Ceferino, un devoto ciego que cuidaba y arreglaba el reloj de la basílica de La Merced. El personaje habría fallecido en 1965.

En la lápida de Ceferino, quien acompaña a Espejo, se ven la torre y el reloj de La Merced.

En la lápida de Ceferino, quien acompaña a Espejo, se ven la torre y el reloj de La Merced.

Unos pasos más adelante, en la siguiente bóveda está otro pequeño nicho con dos faroles encendidos y la reja con candado; es la tumba de Espejo. La rodean seis placas: cuatro de la U.E. Espejo, una de la Universidad de Especialidades Turísticas y una de la Unión Nacional de Periodistas.

El espacio donde estaba la sepultura del padre Francisco de Jesús Bolaños, el consejero espiritual del prócer, está vacío; hace tiempo habría sido trasladado a La Merced. Espejo había pedido que lo enterraran junto a él en la capilla San José.

Con esa tristeza de tumba, escondida y con tanto trámite para ingresar, más parece que “es de un hombre común y corriente y no de un prócer de la independencia”, dice Patricio Guerra, cronista de la Ciudad. Y por eso, añade, “se debería pensar en cambiarla de lugar”.

Espejo fue cuestionado, atacado y perseguido por ser un crítico de su época. Tanto así que su partida de nacimiento se registró en el libro de blancos y el de defunción en el de indios.

Esos dos documentos deben estar en la parroquia de El Sagrario. Justo ayer, 11 de septiembre del 2019, Nelly Peralta, conservadora de bienes patrimoniales, tuvo una reunión con el párroco para ver el estado de conservación de ese archivo.

Ella, por pedido del religioso, hará un diagnóstico y dará las medidas de prevención, conservación y restauración que necesiten los documentos, guardados desde 1594. En uno de esos tomos deben estar las partidas de Espejo.

Afortunadamente, dice la especialista, “la Iglesia sí ha guardado esos archivos y gracias a ese cuidado existe aún esa documentación adonde se puede acudir a consultar información”.

Es tiempo, agrega Peralta, de poner en valor el legado de Espejo. El Cronista opina igual y agrega que sus restos deben estar un sitio donde se lo pueda visitar sin tanto lío para rendirle los honores que merece. Además, dice, se deben promover los valores de este personaje, ícono de la libertad del país. Y armar un circuito de los sitios en donde dejó huella.