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22 de febrero de 2019 11:58

La Escuela Taller renace

La que fuera maternidad está ubicada en pleno Centro de Quito, en la Sucre y Montúfar. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

La que fuera maternidad está ubicada en pleno Centro de Quito, en la Sucre y Montúfar. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

Quién no ha pasado por las calles Sucre y Montúfar, en el Centro, por aquella esquina donde se levanta la primera maternidad de Quito y que, con el andar del tiempo, estuvo con la carita sucia. Pero esa casona señorial vuelve a lucir bella porque allí, en breve, renacerá la famosa Escuela Taller.

Sí, exactamente, aquel centro que educó a los duros de las artes y oficios con las técnicas de los antiguos. En estos momentos se afina la malla curricular para las clases y se ultiman los detalles para comenzar a intervenir este predio con harta historia, menciona Angélica Arias, directora del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP).

Para este nuevo comienzo se plantea establecer algunos talleres que existían en los inicios: albañilería del adobe, picapedrería, herrería… Las personas que antaño estudiaban ahí eran la gran mano de obra capacitada para trabajar en los bienes patrimoniales, además hacían sus prácticas en los mismos edificios del Centro Histórico.

El proyecto era financiado por la Cooperación Española, pero tras la crisis de ese país vino el cierre. También incidió que el centro no tenía un modelo sostenible y no generaba recursos para seguir funcionando, rememora Arias. Y desapareció, incluso la Escuela # 2, que estaba ubicada en San Juan.

El proceso de reapertura ha implicado un trabajo de dos años de conversaciones con las instituciones que fueron parte de la antigua Escuela y con aquellas que están interesadas en reabrirla, también hubo el pedido para que no se liquide la Fundación Escuela Taller. También se habló con el Gobierno español. Así se armó el modelo de gestión.

En el interior de la casona ya se hacían cursos de artes y oficios.

En el interior de la casona ya se hacían cursos de artes y oficios.

Como todo está marchando tal cual lo planeado, ya mismo arrancarán las obras de rehabilitación del inmueble. En ese campo no hay mucho por hacer, solo toca cubrir algunas filtraciones en la cubierta, reforzar una que otra pared, revisar instalaciones eléctricas, pintar todo la casa y pare de contar.

La casona de 3 400 metros cuadrados se mantuvo en buen estado porque, cuenta Arias, los estudiantes de la antigua Escuela Taller hacían sus prácticas en el mismo inmueble de estilo republicano y lo tenían brillando y sin una falla. La casa tiene cuatro patios internos y 60 cuartos.

Dicho esto, renace la Escuela Taller y, como dice la Directora del IMP, serán modestos y comenzarán con seis talleres que se puedan sostener a sí mismos; en la lista están: construcción de adobe y tapial, reforzamiento de estructuras, manejo de piedra, estructuras metálicas, herrería, tratamiento de humedades… Es decir, todo el tema constructivo pero enfocado a todo lo que se hace en el IMP.

Solo en el Distrito hay más de 8 000 bienes patrimoniales y lo que se quiere hacer es una especie de vinculación con las otras ciudades patrimonio para que sus técnicos puedan venir a hacer pasantías y cursos de vez en cuando. Arias dice que, con esto, se vuelva un núcleo nacional de capacitación de mano de obra en patrimonio cultural.

Para la nueva Escuela Taller se está buscando a los profesores cuereados en esas lides, porque el objetivo es rescatar las técnicas constructivas tradicionales y los alumnos tengan conocimientos de lectura de planos, teoría del color…

Se aspira que entre mayo y junio arranque la Escuela Taller y las clases con el nuevo ciclo escolar de septiembre. Así que guambras, a ponerse las pilas y a estar moscas con las noticias.