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6 de abril de 2017 11:57

Ya con Padilla en el arco es otra cosa

Johan Padilla (der.) fue ayer una barrera infranqueable para los delanteros de Emelec. Foto: API

Johan Padilla (der.) fue ayer 5 de abril del 2017 una barrera infranqueable para los delanteros de Emelec. Foto: API

Pablo Campos

Se había perdido todo el Campeonato. Solo había jugado un compromiso, en la ida del repechaje de la Libertadores ante el Atlético Tucumán de Argentina. Pero a Johan Padilla le llegó la hora de volver y lo hizo bien.

Anoche Padilla marcó diferencias. Atrás quedaron esas primeras ocho fechas en las que el ‘Rojo’ patinaba con dos goleros tiernitos como José Cárdenas y William Cuero, que encajaron 13 tantos en las primeras jornadas.

El guardameta fue la mejor cara de un equipo que fue a Guayaquil a defenderse, a jugar con la intención del rival, esperarlo y contragolpearlo. Los criollos se multiplicaban en su propia cancha, resistiendo los embates eléctricos.
Los jugadores de El Nacional eran testigos de cómo su golero se convertía en figura en cada mano a mano y en cada remate peligroso del ‘Ballet’.

Emelec puso toda la carrocería para lastimar al rival, ya que una victoria los habría colocado en el primer lugar, por encima del sorprendente Delfín.

Romario Caicedo se movió por la derecha y Ayrton Preciado por izquierda, para ensanchar la cancha y obligar a los criollos a referenciarlos. Por el centro se movía Bryan Angulo, reemplazante de Marlon de Jesús, lesionado la semana pasada en el juego ante Deportivo Cuenca. Marcos Mondaini intentaba marcar el tempo en los ataques.

En la tienda criolla, el único atacante desde el vamos fue el ñaño de De Jesús, el menor de la dinastía choteña: Bryan, un delantero de buen físico pero que no sabe manejar el balón.

Emelec empujaba, pero no podía ante una zaga cerrada. En El Nacional, el punto es un bálsamo para alejarse de la zona del descenso, sumado a la confianza que Padilla les aportó.