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7 de agosto de 2020 16:59

‘No le dejaban que se vaya al doctor’

Foto referencial. El guardia había presentado síntomas por varios días

Foto referencial. El guardia había presentado síntomas por varios días. Foto: Archivo / ÚN

Diego Puente

Vicente Aníbal Zapata tenía 55 años. Trabaja como guardia, pero el 19 de junio pasado murió por las complicaciones causadas por el covid-19. Días antes del deceso su caso se hizo viral en las redes sociales, luego de que una persona le captara en video cuando trabaja sin mascarilla.

¿Compañero por qué no le dan mascarilla?, le preguntó la persona que grababa. “No, no nos dan”, respondió. Este Diario buscó a la familia de Aníbal y encontró a su hermano, Segundo Zapata. Esta es su historia:

“Después de que mi hermano muriera me fui a la compañía a averiguar sobre lo que se decía en el video y me dijeron que sí le han dado mascarilla y todos los implementos, que todo estaba registrado en bitácoras. Pero ni que fuera tan ignorante para no usar la mascarilla y poner en riesgo su vida.

“Es muy doloroso lo que sucedió con él. Vicente se sentía bastante mal el martes 9 de junio. Le tocaba trabajar en la tarde y se fue. Yo le dije por teléfono que pidiera permiso y me respondió que lo había hecho, pero que no se lo dieron. Que le habían indicado que tenía el jueves libre para cualquier tipo de trámite personal.

“Trabajó en la noche y madrugada y al siguiente día salió. Lo fuimos a ver en la casa, en Guamaní Alto, y estaba bastante mal. Le dimos agua, trago puro, infusiones para que se alivie, pero nada sirvió.

“Le visité y me fui, porque tenía que trabajar cerca de Machachi. Más tarde me llamó y me dijo que ya no podía respirar.

“Sabemos que llamó al ECU-911 y al 171 y que pidió una ambulancia, pero que no llegó. Tomó un taxi y se fue al hospital. En el camino me decía que no avanzaba. Tenía tos seca y se le notaba la fuerza que hacía para que entre algo de oxígeno a sus pulmones.

“No pude verlo después, porque en el hospital no me dejaron entrar. Iba todos los días en búsqueda de información. Quería saber cómo estaba. Dejé mis números para que me contacten. Sentía desesperación. Él era mi hermano mayor. El 19 de junio me llamó una señora y me dijo que no pudieron hacer más y que falleció.

“En su acta de defunción consta que fue por covid-19. Yo lloraba. Nos fuimos al hospital y la funeraria se hizo cargo de todo. Nos entregaron las cenizas en un cofre y ahora esos restos están en la parroquia Tanicuchi, en Latacunga, donde crecimos juntos.

“Él no tenía esposa ni hijos. Pero esto fue muy fuerte para mi mamá, que tiene 91 años y que lloró por su hijo. Ella está en silla de ruedas. Imagínese cómo se puso al enterarse de todo. Ahora está más tranquila.

“Yo sí quisiera saber si la empresa para la que trabajaba tenía que protegerlo, si le dio mascarillas, si le debían dar el día libre para que vaya al hospital. Siento como que por ser guardia tenía menos derechos...”.