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1 de abril de 2020 12:51

Los diablos de alangasí, como alma en pena

Los diablos de Alangasí no podrán desfilar este año por la emergencia

Los diablos de Alangasí no podrán desfilar este año por la emergencia. Foto: Archivo / ÚN

Betty Beltrán

Literal. Los 28 ‘cucos’ que se alistaban para la procesión por Semana Santa en Alangasí andan como ‘alma en pena’, todo porque ya les cantaron que no podrán participar de ese rito católico que arranca la segunda semana de abril.

Hace casi un mes se reunieron con el curita de la parroquia para ultimar los detalles de esa manifestación, que está dentro de la lista del Patrimonio Inmaterial del Distrito. Y allí, como ni se olieron que se empeoraría la pandemia del covid-19, se concretó la fecha del retiro espiritual y los detalles de los cuatro días de ritos.

Pero con el aislamiento obligatorio todo se fue al garete. Y ahora los integrantes de los 30 grupos de las procesiones, sobre todo los demonios, están recluidos en sus casas, “como diablos en botella”, señala Tomás Cuichán, coordinador y el ‘cuco’ más viejo.

Ellos, junto con las almas santas, cucuruchos, turbantes, magdalenas… se alistaban para realizar la teatralización de la Semana Santa. Es decir, representar la muerte del bien y, por un ratito, el gobierno del mal.

“Cierto es que había una ligera esperanza de que haya el evento, pero como se ven las cosas dudo mucho que eso se concrete”, menciona Cuichán. Y agrega: “sería la primera vez en la historia de esta devoción que no se la haga, por eso los diablos andan hechos una noche”. La procesión de los Diablos de Alangasí tiene más de 100 años de antigüedad.

Esos cuatro días de euforia se dejarán para el próximo año, aunque para esta edición se solicitará al menos que se celebre la misa del Viernes Santo (10 de abril) con el curita solito en la iglesia y los fieles escuchando desde sus casas.

Ojalá los parlantes del templo se multipliquen para que la gente participe, aspira Cuichán. O, en su defecto, se haga una transmisión con la ayuda de la tecnología. Tal cual se hará en la mayoría de las 200 parroquias de la Arquidiócesis de Quito.

En tiempos normales lo que socurre ese día es lo siguiente: desde el barrio Jerusalén, a las 09:30, parte la procesión hacia el parque central de Alangasí; a lo largo de 3 km, teatralizan el vía crucis. También le acompañan santos varones, almas santas, soldados, cucuruchos...

Los diablos se mofan, saltan en chulla pie viendo el dolor de Cristo. Solo al llegar al pretil del templo huyen. Pero cuando el curita dice: “… y el mal se apoderó del mundo…”, los cucos orondos ingresan de un salto a la iglesia.

En la séptima palabra, cuando Jesús muere, los demonios se muestran desaforados. Y se adueñan del lugar (del mundo). Empiezan a festejar y con piruetas representan el triunfo del mal sobre el bien. Se hacen dueños de todo hasta el Sábado de Gloria.