Los delincuentes también se reactivan
‘Al principio de la emergencia no teníamos muchos reportes de incidentes delictivos. Con el pasar del tiempo empezamos a atener más denuncias al respecto”, cuenta el general Fausto Salinas, jefe de la Policía de Quito.
Lo que más preocupa a los uniformados en este aspecto es que prolifera la acción de grupos delincuenciales.
Se trata de personas que actúan juntas y tienen en su poder armas de fuego y que pueden robar en locales comerciales y en domicilios. “A veces, los robos no son significativos con relación al monto, pero vemos que se aplica violencia o uso de armas”, explica Salinas.
Se trata de personas que se dedican a eso y que también frenaron su accionar por un tiempo debido a la pandemia. Pero han vuelto a las andanzas.
“Hay gente que vive de la economía criminal; es decir, no trabajaba antes, no trabaja ahora y no va a trabar luego de la emergencia”, continúa el General. “Esta gente se dedicaba a delinquir y en los primeros días de la pandemia no salía. Ahora han empezado a salir y se agrupa con personas que tienen experiencia en acciones delictivas”.
En lo que va de la crisis, cuatro bandas han sido desarticuladas en Quito. Se han decomisado 13 armas de fuego. Se han recuperado 15 motocicletas y nueve vehículos. Por robo a personas hay siete detenidos al igual que robo a locales comerciales, según datos de la Policía Nacional.
Los que ellos cometen son delitos conocidos como “de oportunidad”. Por ejemplo, si ven a una persona sola, si ven que no hay policías o que es fácil dar un golpe, actúan. Igual pasa con comercios y vehículos. No es que están especializados en un tipo de robo específico. Ven una oportunidad y actúan.
Pero, si bien proliferan grupos delincuenciales, las muertes violentas que han ocurrido en Quito durante la emergencia sanitaria no están necesariamente ligadas a esas acciones.
El año pasado hubo 44 muertes violentas desde enero hasta abril. Este año la cifra subió a 49. Durante los días de cuarentena, se han registrado 13 homicidios, la mayoría están en los distritos Quitumbe y Eloy Alfaro (sur de la capital) y Manuela Sáenz (centro).
En nueve de los 13 homicidios se usó arma blanca (como un cuchillo). En el resto se empleó armas de fuego. La Policía ya ha resuelto siete de esos casos y el resto sigue en investigación. “De los datos recogidos”, indica Salinas, “se ve que la gran mayoría se produce por riñas que son producto de discusiones y la ingesta de alcohol. Incluso se han matado entre familiares”.
El Jefe policial deja una preocupación más sobre la mesa: “hay muchas cosas que aún no se sabe (de lo ocurrido durante la cuarentena), como el impacto en menores. El grado de afectación psicológica y otros delitos de naturaleza sexual podrían verse luego. Estamos pendientes”.
