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9 de abril de 2020 10:44

Curitas, duchos en las redes

El padre Ángel Tapia, de Cumbayá y el padre Sebastián Toapanta, de la Plywood. Fotos: cortesía

El padre Ángel Tapia, de Cumbayá y el padre Sebastián Toapanta, de la Plywood. Fotos: cortesía

Betty Beltrán

Si los fieles no pueden ir a las iglesias los curitas van a la casa de su feligresía. Lo hacen a través de medios tecnológicos. Eso les permite hacer, pese al aislamiento, un ministerio cercano.

En esa onda están, por ejemplo, los sacerdotes Sebastián Toapanta, de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, de la Plywood; Johny Hermida, de Nuestra Señora de Los Dolores de Los Chillos; y Ángel Tapia, vicario de San Pedro de Cumbayá. Los tres están de cabeza en las redes sociales, plataformas y páginas de sus respectivas parroquias.

En la Plywwood (sur), el padrecito tiene un chat con 120 personas. No están todos, pero sí los responsables de los grupos con los que trabaja: monaguillos, grupos de oración Juan XXIII, Legión de María, Familia Misionera de Jesús… De mañana, tarde y noche están en contacto.

La iglesia desde donde oficia las misas el padre Sebastián está en las calles Juan Manuel Durini y Juan de Lara; tras la pandemia, las eucaristías se transmiten todos los días alas 19:00. “A esa hora es cuando toda la familia está en casa”, menciona.

Asegura que, “con la fuerza que se está dando a los recursos tecnológicos se nota un mayor acercamiento y compromiso con la feligresía”. Entre todos hacen cadenas de oración y están más pendiente del prójimo. “Ese acompañamiento hubo siempre, pero con esta situación que vive el mundo entero la sensibilidad está a flor de piel y hay más apego entre unos y otros”, aclara.

Cuando comienza la misa están conectadas entre 50 y 80 personas y al final resultan ser unas 200. Para este Jueves Santo habrá una celebración especial, en el Facebook de Vicaría del Sur.

Yendo por la Gral. Rumiñahui, de Quito a Los Chillos, está la parroquia Nuestra Señora de Los Dolores y su curita es un lince para las redes sociales. Se llama Johny Hermida.

Su templo está cerrado a cal y canto, pero para mantenerse conectado con sus feligreses se ayuda del Facebook y de la plataforma Zoom. En esta última mantiene reuniones, todas las noches por 40 minutos, con 23 familias del grupo Encuentro Matrimonial Mundial; es una costumbre que lleva 18 años y ahora está más activa que nunca.

A través del teléfono está en contacto con varios viejecitos que viven solos y él se ha convertido en chofer de ellos: “Les llevo comida o medicina”, acota el padre.

Las misas se transmiten los jueves, a las 19:00; y los domingos, a las 12:00. Entre semana, suelen conectarse al Facebook de la parroquia entre 50 y 60 personas; y el fin de semana están 170.

Cuenta que pese a estar en la onda de las nuevas tecnologías, al inicio le resultaba extraño mirar al teléfono o a la computadora y oficiar la misa. Ahora, con el tiempo y las aguas, “ya es algo normal mirar al teléfono y hablar con la fuerza del Evangelio”. Antes le seguían entre 200 personas, ahora tiene más de 3 000.

Hasta se siente famoso, dice sonriendo. E inmediatamente acota que “es irónico cómo las redes que estaban muy cuestionadas, ahora son una vía de encuentros. Es más, la gente va bajando su tono y está despertando su humanismo y solidaridad”.

El vicario de la parroquia San Pedro de Cumbayá, Ángel Tapia, también entra con fe al tema de las redes y plataformas tecnológicas para no soltar a su feligresía. No deja de mencionar que “esto nos tomó con sorpresa y nos planteó nuevos retos. Pero sin miedo, nos lanzamos al agua”.

Y todo con tal de estar en unión con los fieles que, hoy más que nunca, necesitan una palabra de aliento. Lo hace a través del Facebook: por ese medio emiten las misas a las 08:00 y 18:00, todos los días. Unas 130 personas lo siguen, de lunes a viernes; y el domingo, 300 fieles. Terminada la eucaristía, le envían fotos.

Tiene un chat de WhatsApp por el cual le llegan las intenciones para que sean leídas en la misa, o a veces por la página de Facebook. Y hasta que Dios disponga, seguirá manteniendo esa modalidad para juntar a la comunidad.

Y a través de la plataforma Zoom se hacen misas de honras, por el eterno descanso de un familiar. El miércoles se enlazaron los parientes de varias provincias. En un solo pantallazo se miraron y oraron por su finadito.