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18 de noviembre de 2019 10:16

El cráneo de maestra parvularia desaparecida fue encontrado en una quebrada

Los familiares de Natalia dicen que las pertenencias de la joven están casi intactas tras su desaparición. Foto: Diego Bravo / ÚN

Los familiares de Natalia dicen que las pertenencias de la joven están casi intactas tras su desaparición. Foto: Diego Bravo / ÚN

Diego Bravo
(I)

Natalia Subía, maestra parvularia, habría cumplido 34 años el lunes 11 de marzo del 2019. En ese mismo mes, una parte de su cráneo fue hallado en las rejas de una alcantarilla ubicada en una quebrada del barrio Armero, noroccidente de Quito, atrás de la Facultad de Educación Física de la Universidad Central.

Así lo confirmaron los familiares de la víctima. Natalia desapareció el 15 de septiembre del 2018 tras salir de su vivienda, localizada en el barrio de San Juan, Centro Histórico.

Isis, hermana de la víctima, lamentó que una parte del cráneo de Natalia fuera encontrado en el mismo mes de su cumpleaños, en marzo. Siempre guardó la esperanza de que ella continuara con vida y que volviera con su hija Ariana, de 12 años. Les avisaron ocho meses después que esos restos correspondían a su hermana, luego de los análisis forenses.

Eso ocurrió el 14 de noviembre del 2019, en el edificio de la Fiscalía General del Estado. A los huesos del cráneo les falta la mandíbula, acotó Isis. Para Franklin Subía, padre de la joven, el caso todavía no ha sido resuelto y solicitan a la Fiscalía, así como a la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro de la Policía Nacional (Dinased), que continúen con las indagaciones hasta hallar el cadáver completo y se conozca lo que ocurrió.

Por eso, él pidió que nuevamente se realice un barrido completo de la quebrada en donde se localizó el cráneo de la maestra, y en sus alrededores. Llora al imaginar que Natalia pudo haber sido víctima de una posible violación y, después, de
un femicidio.

Por eso –a su criterio– es crucial que se indague lo que pasó para evitar que otras chicas pierdan la vida de la misma forma. “Solo hallaron una parte del cráneo y no nos satisface esa respuesta, pues hay muchos vacíos que no podemos entender y nos crean mayor incertidumbre. Posiblemente (este caso) se trate de un femicidio”.

Los allegados de la víctima pidieron que las investigaciones se realizasen con más eficiencia. Cuestionaron que les hayan cambiado tres veces de fiscal y cuatro de agentes investigadores.

En su hogar, las cosas de la profesora se mantienen en el mismo sitio. Su ropa y televisor se encuentran intactos. En la habitación en donde dormía junto a su hija están los peluches en la cama. En la pared cuelga una figura elaborada en fómix con el nombre de Ariana. Los sillones se ubican junto a un equipo de sonido, un mueble con platos y una mesa con pancartas que tienen la foto de Natalia. La palabra “Desa­parecida” resalta en letras blancas con fondo rojo.

Franklin Subía recuerda que papelógrafos como ese se distribuyeron en diferentes puntos del Ecuador como terminales terrestres, postes de electricidad, unidades de Policía Comunitaria, entre otros lugares.

La Fiscalía informó que, tras realizar las pericias respectivas, “se identificó que las osamentas encontradas en la quebrada adyacente a la Facultad de Educación Física de la U. Central corresponden a la ciudadana de 33 años, que desapareció en el sector de San Juan, cuando salió de su casa para ir a comprar medicinas”.

En su reporte del caso, la entidad sostiene que la estrategia de atención integral que emplea para enfrentar la situación de personas desaparecidas en Ecuador “permitió que se llevaran a cabo investigaciones especializadas para dar una respuesta a los familiares de la víctima”. También se compromete a la búsqueda del resto de la osamenta y a determinar la razón y circunstancias de la muerte.