La cometa didáctica se pone de moda en Quito
Pinte y vuele en este verano... Hay águilas, halcones, búhos, lechuzas, mariposas y hasta payasos y aviones. Llegó la época de cometas y en El Tejar ya se venden a los guambras aficionados de este juego, que se practica en los cerros y miradores de Quito.
Pero los chicos aún no aparecen en grandes cantidades por la tienda Mundo de Juguete, unas de las distribuidoras de las calles Cebollar y El Tejar. Los que sí ya se han acercado al local son los comerciantes que, año tras año, ponen el color de su producto por todo el Distrito.
El precio de las cometas está, en la distribuidora, al alcance de todo bolsillo: la más guagüita, la de 45 centímetros, está en USD 0,75; y la más grande, aquella de 1,38 metros, se vende en USD 2,20. Encima le regalan 10 metros de hilo nailon, para elevarla al cielo y hacerla sonreír.
Pero de ley, los guambras necesitarán otros 20 metros de hilo. Del rabo no se preocupará, que ya viene incorporado en la cometa. Este artilugio nació en la antigua China, en el año 1200 a. C.
Paúl Mora, encargado del local, cuenta que hace unos años la moda también se impuso en el área de las cometas. Los diseños eran nada menos que de los personajes de Hello Kitty y de Dragon Ball.
Actualmente más que los modelos, lo que importa es el precio. Ah, también un diseño bonito, no cualquier cosa; pero los que enganchan más son las avecitas, por los colores fosforescentes.
Sin embargo, Mora no deja de recordar con nostalgia que antes, cuando era guambra, le encantaba hacer su cometa. Y lo primerito que hacía era ir al monte a coger los sigse, luego a pedir un sucre a su mamita para comprar la harina y hacer el engrudo, para al final abastecerse de papel periódico y de los trapitos de alguna ropa sin uso. Eran viejos tiempos, acota.
Pero ahora la cosa es más fácil y en agosto, el mes del pico más alto de venta de cometas, se alista para ofrecer a sus clientes los 10 modelos más tucos de la tienda. También desea mimar a su clientela con una sorpresa: la cometa didáctica o de acuarela, que cuesta USD 1.
Se trata de una mariposa descolorida (solo tiene el fondo blanco y negro), junto a un paquete de colores. Con ello el niño, guagüito o maltoncito, tiene el chance de poner a volar su imaginación y pintar a la cometa de varios colores. Y tras esa experiencia, a cabalgar sobre el viento se ha dicho.
