placeholder
Las Últimas
27 de septiembre de 2016 10:12

Colombia celebra la paz

Rodrigo Londoño y Juan Manuel Santos en un momento que será recordado en la historia. Foto: AFP

Rodrigo Londoño y Juan Manuel Santos en un momento que será recordado en la historia. Foto: AFP

Agencia EFE

La Torre del Reloj, uno de los símbolos de Cartagena de Indias, marcaba las 5:30 de la tarde y el sol del Caribe se ponía detrás de las murallas de la ciudad cuando la multitud rompió en vivas y aplausos, acababa de firmarse el acuerdo de paz que marcó el ocaso de 52 años de conflicto con las FARC.

Primero fue Rodrigo Londoño, número uno de las FARC, despojado hoy de sus alias guerrilleros de 'Timochenko' o 'Timoleón Jiménez', quien estampó su firma en el “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, tras lo cual recibió en la solapa de manos del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, la paloma de la paz.

“¡Sí se pudo!”, coreó la multitud, vestida de blanco, al ver que por fin las FARC, después de una lucha de medio siglo con miles de muertos, heridos, desaparecidos, desplazados, secuestrados, un universo del que hacen parte más de ocho millones de víctimas, firmaba la paz con el Gobierno.

Enseguida fue el turno del jefe de Estado de tomar el “balígrafo”, un bolígrafo hecho con un casquillo de fusil, para firmar el histórico acuerdo al que unas 2 500 personas invitadas al acto respondieron con salvas de aplausos y vivas a la paz.

“Abrazo, abrazo, abrazo”, coreó la multitud deseosa de ver del jefe de Estado y del jefe guerrillero un gesto de reconciliación más estrecho, ante lo cual los dos se dieron la mano, como ya lo habían hecho dos veces en Cuba durante el último año, y se pusieron mutuamente las manos en el hombro.

Fue el clímax de un momento para la historia, saludado con pañuelos blancos por los presentes y desde el aire por una escuadrilla de aviones que sobrevolaron la explanada del Centro de Convenciones Julio César Turbay. Fue un susto para todos pero principalmente para Rodrigo Londoño, que estaba en la parte final de su discurso cuando un avión cazabombardero Kfir causó un estruendo al romper la barrera del sonido volando a baja altura.

Enseguida otros dos Kfir surcaron el cielo y la multitud aliviada tuvo tiempo de volver los ojos al cielo para ver el vuelo rasante con el que la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) dio su particular saludo a la paz, según Santos.

Repuesto del susto, el jefe de las FARC, vestido con la guayabera blanca, reanudó su discurso con el comentario: “Bueno, esta vez venían a saludar la paz y no a descargar bombas”, una experiencia de guerra que han dejado atrás con la firma de la paz.