placeholder
Las Últimas
28 de junio de 2019 09:09

El Colegio Quito se pone a la moda

En el taller hacen realidad los bocetos. Son mucho lote para los uniformes. Fotos: Ana Guerrero / ÚN

En el taller hacen realidad los bocetos. Son mucho lote para los uniformes. Fotos: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero
(I)

Por tradición, la moda, el corazón de la industria textil y el servicio han estado presentes en el Colegio Humanístico Quito. Las primeras clases se empezaron a dictar en las inmediaciones de antiguos galpones de la Internacional hace ya medio siglo.

La confección de uniformes para estudiantes del colegio, así como para otros planteles de Chimbacalle (donde funciona la institución) fue uno de los fuertes del antes llamado Colegio de Señoritas Quito.

Actualmente, para potenciar la vena emprendedora de los estudiantes, también se aceptan pedidos. Ya a puertas de las vacaciones y con miras al siguiente año lectivo, puede hacer los suyos hasta el 31 de julio.

Acuda nomás al lugar o pida información a través del 264 4846. Los precios dependen de cada caso: tipo de prendas, cantidad, tallas... Hay estudiantes que tienen talleres en sus hogares y son cumplidos.

Marianela Olipa, rectora del plantel, recuerda que la institución, además del bachillerato general unificado, es una de las tres de Quito que oferta el técnico en la industria de la confección. Y lo hacen con todas las de ley, pues hasta tienen un club de modelaje y organizan desfiles de modas para mostrar las creaciones y el esfuerzo de la especialidad: 95 mujeres y cinco hombres (en los tres años de bachillerato).

Por cada año de bachillerato tienen que presentar un número de prendas por estudiante. En primero, por ejemplo, son tres, incluida la respectiva falda. Quienes han optado por el bachillerato técnico en el Quito, le ponen el doble de ñeque. ¿No ve que estudian las materias del tronco común y, además, las de la industria de la confección?

Los estudiantes, con la guía de los maestros,trazan sus diseños.

Los estudiantes, con la guía de los maestros,trazan sus diseños.

Alexandra Pruna, coordinadora del área de bachillerato técnico (también hay Contabilidad), detalla que el camino en el mundo de la industria de la confección arranca con puntadas a mano, de ahí van avanzando, poco a poco, hasta ser expertas en la elaboración de todo tipo de prendas: para dormir, deportivas, casuales, de gala y muchas otras. Primerito, prueban reutilizando ropa.

Y, claro está, le entran al diseño y a la creación de su propia marca. Y viera el talento que hay. En tres filas de bancas, le entran al dibujo: chaquetas, vestidos, pantalones, paradas completas y de diferentes estilos. Para potenciar la marca deben idearse con santo y seña cómo venderán sus colecciones.

En el grupo de estudiantes que optaron por la industria textil están Melanee Canchig y Lizbeth Ponce. Ambas desde pequeñas ya tenían el gusto por la creación de prendas de vestir. Pero fue en el Quito donde afianzaron su vocación.

Canchig, de 17 años, está totalmente convencida de que su futuro es la moda. De hecho, ya decidió estudiar diseño y una ingeniería textil. Desde guagüita
ya cortaba telas para confeccionar ropa para sus muñecas. Y es una de las modelos del club.

La futura dura de la moda asegura que el recibir pedidos para la elaboración de uniformes u otras prendas de vestir es una forma de prepararse más para el campo laboral.

Las creaciones las muestran en la pasarela que arman en el plantel, al que asisten 2 600 alumnos, en dos jornadas. Pero, como cuenta la Rectora, tienen la meta de que el próximo año se desarrolle un desfile mucho más grande, con la participación de los otros ‘coles’ que cuentan con la especialidad técnica.

En el Quito, del mismo modo, hay una premisa más ambiciosa: el bachillerato técnico productivo. Este consiste en estudiar y especializarse durante un año adicional al regular, para tener una mejor base y protección para el campo laboral futuro.