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19 de diciembre de 2018 11:44

El CDP de San Roque reabre sus puertas

Las instalaciones del Centro de Detención Provisional de San Roque permanecieron cerradas por cuatro años. Foto: Armando Prado / ÚN

Las instalaciones del Centro de Detención Provisional de San Roque permanecieron cerradas por cuatro años. Foto: Armando Prado / ÚN

Redacción Últimas Noticias
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Ocurrió hace dos semanas. La puerta metálica negra del Centro de Detención Provisional (CDP) de San Roque, en el Centro de Quito, se abrió. Desde entonces, 40 hombres trabajan en dos turnos.

De lunes a viernes limpian la maleza, el patio y los pabellones para, en breve, recibir a unas 164 personas que actualmente están en el CDP de El Inca, según reveló esta mañana diario EL COMERCIO.

La decisión del traslado se tomó luego de que se detectara un hacinamiento del 157% en ese lugar. Allí están recluidos 2 179. Hay capacidad para 845.

Julio Ballesteros, viceministro de Atención a Personas Privada de la Libertad, confirmó que con el traslado de los detenidos se intenta reducir la sobrepoblación a un 80%.

Pero detrás también está el pronunciamiento a favor de los detenidos del juez Mauricio Estrella, cuenta el matutino. En su fallo, emitido en septiembre, el magistrado dijo que los reclusos presentan enfermedades respiratorias debido al hacinamiento. Ballesteros advirtió que el exceso de detenidos originó cuadros de tuberculosis, tos y gripe.

El antiguo CDP de San Roque dejó de funcionar hace cuatro años y sus paredes, con el tiempo y las aguas, se han despintado y descascarado.

En el pequeño patio, cerca de la entrada principal, hay un altar con girasoles plásticos y guirnaldas viejas amontonadas entre la basura. Los baños fueron destruidos, otros están en desuso o llenos de tierra, escombros o botellas.
Esta vieja edificación tiene capacidad para 200 personas.

Por ahora, los grupos encargados de la limpieza recogen escombros. Con machetes y palas limpian, cortan y juntan la maleza; otros, con escobas y recogedores quitan la basura de los pasillos.

Quienes trabajan allí son reclusos que se acogieron al sistema de prelibertad. A cambio de las horas de trabajo no deben presentarse ante las autoridades durante un mes.

En ese grupo está Wilson. Ayer recordó que en el 2013 estuvo detenido en este lugar y que incluso participó de una fuga masiva de esa cárcel.

Ahora cumple una pena de 10 años por un delito del cual prefiere no hablar. “Ahora este trabajito nos permite tener un poco de tranquilidad durante un tiempo”. Otra persona murmura que “el trabajo es duro pero que vale la pena”.

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as paredes del vetusto centro aún conservan las imágenes de Vírgenes que colocaban los presos junto a sus camas de cemento. En un pasillo hay colchones que usaban los presos del CDP de San Roque. Las ventanas de los pabellones están rotas y los grafitis, ya ilegibles, en varias paredes.

En el Ministerio de Justicia se dice que el tratamiento para quienes no han pagado pensiones alimenticias no es el mismo que para las personas procesadas penalmente.

La misma situación se vive en Guayaquil. En el CDP de esa ciudad hay aproximadamente 180 detenidos por apremio.

El hacinamiento es del 4%, pero Justicia advierte que es necesario separarlos de quienes han cometido delitos comunes. Los deudores serán trasladados a La Roca. 

Ese centro carcelario dejó de funcionar hace cinco años, cuando los presos fueron trasladados al Centro de Rehabilitación del Guayas. En este momento, en ese lugar los presos por adeudar una pensión para sus hijos están junto a personas procesadas por robo, violación, drogas, estafa, delincuencia organizada.

Por ahora, el traslado solo rige para Quito y Guayaquil. Pero en Jipijapa, Bahía, Ibarra también hay una sobrepoblación.