Con el corazón en el ring
“Y vos, ¿todavía te acordarás?”, le pregunta un amigo de los andares al ‘Rayo Borja’. Ambos sueltan una carcajada, mientras se preparan para subir al ring. A sus 63 años, con 100 peleas en amateur y 15 en profesional le sigue poniendo corazón al boxeo, en el que empezó de guagüito, a los 10.
Muchas cosas han cambiado con el tiempo, admite. Pero hay algo que se mantiene desde niño y que le volvió a ocurrir el sábado 7 de septiembre del 2019. Los nervios antes de subirse al cuadrilátero estaban vivitos. Pero una vez arriba se van y está listo para su contrincante.
De sus mejores años, el ‘Rayo Borja’ recuerda cuando le sacaron el aire. Un boxeador le dio duro y le sacó de la pelea por KO (knock out). Dice Borja que esa fue la única, por eso no se olvida.
Algo de esa herencia conserva su hijo, dedicado al taekwondo, quien fue seleccionado del Ecuador y ahora es entrenador de la selección de Pichincha.
En el caso de ‘El Tigrillo’, aunque sus hijos no se suben al ring, le acompañan ansiosos de verle pelear. Antes de la pelea, le alistan la maleta, le preparan pantaloneta, bata y botas. Le pasan las vendas y le ven calentar.
A sus 58 años y luego de haber peleado desde los 13, este boxeador al que antes conocían cómo ‘Mil colores’ por sus mechones pintados, tiene un objetivo enfocado en los más jóvenes: demostrarles que el mundo del box no es sinónimo de vicios.
El sábado 7 de septiembre, viejos boxeadores de Quito se volvieron a encontrar en un cuadrilátero dispuesto en el Mercado Arenas. Ahí se organizó un encuentro por los festejos por los 50 años del lugar. El principal objetivo fue encaminar por buen rumbo a los más jovencitos.
Esto, aunque para los de antaño, pelear ya no sea lo mismo, admite Gonzalo , el ‘Piraña’ Guaypatín. El truco es mantenerse activo y cuidarse para que la salud no sea un obstáculo en su afán de mantener viva la tradición del box en la capital.
Esa misma es la esperanza de Amilcar, el ‘Látigo Cruz’. Cuenta que aunque más de una vez le han dicho que ya hasta debería pensar en irse a un asilo, nunca es tarde para motivar a los más jóvenes, continuando en el box, aunque se bordeen los 60 y poquito.
Nueve peleas se dieron en el Arenas, con encuentros femeninos, amateur y de exprofesionales. También hubo una linda pelea de artes marciales mixtas. Los boxeadores fueron jóvenes desde los 12 hasta exprofesionales de 59 años (60 y Piquito).
Pablo Naranjo, organizador de la cartelera, que incluyó presentaciones musicales, dijo que muy prontito esperan replicar estas actividades en todos los mercados de Quito para que no se pierda la tradición.
