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6 de enero de 2017 11:05

Las bodegas del mercado de Cotocollao fueron derrocadas 

El proceso de derrocamiento de bodegas en el mercado de Cotocollao se dio la mañana de ayer. Foto: Alfredo Lagla / ÚN

El proceso de derrocamiento de bodegas en el mercado de Cotocollao se dio la mañana de ayer. Foto: Alfredo Lagla / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Estructuras de unos 22 años, en el mercado Cotocollao, ayer, jueves 5 de enero del 2016, quedaron en escombros. En el establecimiento se derrocaron 19 cuartos que eran utilizados por los vendedores del área de vísceras para almacenar los productos. Allí también se lavaba la guata, se limpiaban las patas y se sacaba la carne de las cabezas de vacunos.

Resulta que la Agencia Distrital de Comercio les notificó del derrocamiento. El documento llegó el martes: “...deberán desocupar estos cuartos que no prestan las garantías sanitarias para la recepción, almacenamiento, preparación y comercialización de productos cárnicos”. En este también se menciona que en lugar de las bodegas habrá espacios verdes.

Los comerciantes pusieron el grito en el cielo. Carmen Galarza, una de las representantes, fue enfática en que ellos tienen todos los cuidados en el proceso, pero “por más que se los tenga es sangre”. Los cuartos fueron construidos en minga por los vendedores, aseguró. Sin embargo, nada impidió que ayer, desde las 07:00, quedaran en ruinas.

No hay vuelta atrás, pues la Agencia informó que el director de Mercados, Thierry Vásquez, constató que “de manera no adecuada se procesaban piezas de ganado, lo que está prohibido según la Ordenanza 253 vigente”. Otro argumento fue que luego de los sismos del 2016 las estructuras resultaron afectadas.

Ayer encontraron hasta ratas. No obstante, uno de los vendedores, Segundo Asimbaya, contó que se han dado campañas de desratización y que el lío no solo es en los cárnicos. Otros compañeros del hombre invitaban a ver que los cuartos estaban limpios.

En el área de vísceras son más de 60 trabajadores, pues en las bodegas se daba trabajo a varias personas, argumentó Galarza. “¿Nos tocará lavar los productos en la calle, como antes?”.

La Agencia, en cambio, informó que el mercado cuenta con un área de lavado externo y un cuarto apropiado para que los comerciantes sigan sus actividades. Los puestos para la comercialización no se tocaron.

No les convencieron. María Quishpe, una de las fundadoras del establecimiento, con lágrimas repetía que les quitaron el lugar de trabajo.

Según la entidad pública, tuvieron quejas de que a las edificaciones entraban “delincuentes” para realizar acciones ilícitas. Los comerciantes no lo aceptaron.