No bote la comida, mejor llévesela

No sé si a usted le ha pasado, pero da una pena botar la comida tan rica que compramos porque ya la pancita no avanza más.

Este es un problema que se presenta a diario en Quito, que preocupó a un grupo de nueve estudiantes de Diseño Gráfico y Relaciones Públicas de la Universidad Tecnológica Equinoccial.

Por eso se pusieron pilas y como parte de sus actividades académicas armaron el proyecto Con la comida no se juega. La idea es que los quiteños tengamos conciencia de que no es bueno desperdiciar la comida y que siempre habrá alternativas. Si nos sobra lo del almuerzo, por qué no guardar para la merienda, ¿no?

Abigaíl Aguirre está a la cabeza del grupo que llevó esta campaña a cuatro patios de ‘food trucks’, en Quito. Cuenta que se preocuparon al saber que de
2 000 toneladas de residuos sólidos que se van a la basura en Quito, el 56% son deshechos orgánicos, mucho de eso es comida.

Por eso van con jueguitos, con carteles y recipientes a estos patios que tan de moda están en Quito para que la gente recuerde lo importante de aprovechar la comida. Aunque se trata de una actividad académica, Abigaíl y sus ‘compas’ tienen la esperanza de que más gente se interese en esta iniciativa y se replique primero en más patios de ‘food trucks’ y luego en restaurantes y hoteles.

A Lorena Moncayo y su grupo de amigos les parece que es una idea genial porque siempre se siente un poco mal cuando bota comida rica en la basura.