Retoman sus estudios sin miedo
En el barrio Atucucho, en el norte de la capital, los vecinos quieren hacer sus sueños realidad. Sin importar la edad, se preparan para terminar la educación primaria.
Ellos son parte de unas clases de alfabetización que se realizan en la casa Atuk del barrio, donde se llevan a cabo eventos comunitarios y culturales dirigidos a guaguas, guambras, adultos y personas de la tercera edad.
“Que las persona se formen es lo importante, más allá de la edad que tengan Esa es la principal meta”, dijo Marcell Jácome, director del centro comunitario.
La idea es que quienes, por uno u otro motivo, no tuvieron el chance de estudiar, lo hagan en esta ocasión. Adultos y abuelitos del sector son parte de este proyecto de formación.
Los estudiantes de la Universidad Amawtay Wasi se encargan de enseñar a los vecinos las materias elementales que se reciben en la escuela, como matemáticas y lenguaje, que están entre las más conocidas.
“Hay que dar importancia a las personas que han dado casi su vida para formar nuestro barrio. Y eso no les ha dado tiempo de educarse. Queremos que se junten nuevamente, aprendan y cumplan un sueño o una meta que anteriormente no se pudo hacer”, agregó el vecino Jácome.
El proyecto tiene el apoyo de la fundación ALFA Live, que se encarga de proveer de implementos necesarios a los estudiantes del curso de alfabetización. Ellos les entregan los libros para su proceso de aprendizaje.
El curso, que cuenta con alrededor de 35 personas, se imparte los miércoles y viernes, desde las 15:00 hasta las 18:00.
Tiene una duración de entre seis meses y un año, dependiendo el nivel de aprendizaje de los alumnos. Además, al finalizar el curso se les entregará a los alumnos un certificado de haber culminado la educación primaria, por parte del Ministerio de Educación.
Pero también, el Comité Promejoras de Atucucho está gestionando el programa del bachillerato acelerado para que quienes culminen la educación primaria, continúen sus estudios en el siguiente nivel académico, según cada caso.
La vecina Blanca Haro, de 56 años, es una de las estudiantes. A ella le gustaría mucho terminar sus estudios secundarios, pues planea ingresar a la universidad para formarse en lo que siempre quiso. “Como mis padres no me dieron el estudio por falta de dinero, me inscribí en este cursito que ha sido de bastante ayuda y he aprendido mucho”, contó Haro.
Ella es madre de tres chicos, el menor tiene 15 años. Su anhelo siempre ha sido ser auxiliar de enfermería o abogada. La meta que tiene es terminar la universidad a los 65 años.
Por otro lado, el vecino Cristian Almache, considera que es esencial motivar a los hijos de los adultos y abuelitos para que sepan que esta es una oportunidad, un medio para retomar los estudios.
“A mi mamá le ha ayudado a nivelarse en la educación primaria. Y lo más importante es que fomenta la lectura, eso le ayuda a ejercitarse en la memoria”, comentó Almache, hijo de la vecina Inés, una mujer
de 72 años.
El presidente del Comité Promejoras, José Khipo, mencionó que después de este curso, se abrirá una nueva promoción para los vecinos y vecinas que no alcanzaron a inscribirse. “Es un proyecto con un sueño a largo plazo”, dijo Khipo.
