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1 de junio de 2021 18:48

Chao las casetas del peaje

La estructura metálica de los pórticos se suelda en el sector del peaje. Foto: Betty Beltrán / ÚN

La estructura metálica de los pórticos se suelda en el sector del peaje. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán

Las estructuras de las casetas de cobro manual que aún permanecían en el peaje de la Autopista General Rumiñahui marcharon definitivamente.

En su lugar se colocará una enorme estructura metálica. Es parte de la continuación del proceso de automatización del peaje.

A raíz de la pandemia del covid-19, desde junio del 2020 se habilitó el peaje automatizado; para evitar el cobro manual.

Con el transcurrir de los meses, se socializó esta nueva forma de pase, aunque las casetas e islas seguían y el conductor se veía forzado a bajar la velocidad al llegar al lugar.

El desmontaje de esas cabinas culminó la semana pasada, de igual manera el derrocamiento de isletas. Y, de una, comenzaron los trabajos de obra civil e instalación de columnas y pórticos para la automatización del cobro del peaje.

Justo ayer por la mañana, dos obreros soldaban algunas partes de la estructura de color gris. Mientras que, por los dos costados se habían instalado seis carriles con sus respectivas cámaras y sensores, tres para bajar al valle de Los Chillos y tres para subir a Quito.

Con ello se evita el cierre del peaje, indicó Andrés Sandoval, coordinador de la Autopista General Rumiñahui. Hasta ayer no hubo ninguna novedad y los usuarios bajaban y subían por el peaje sin mayores inconvenientes.

Los vecinos de los alrededores de este punto comentaban ayer sobre estos trabajos que despliega la Prefectura de Pichincha, quien administra este paso.

“Ni cuando desmontaron las casetas se cerró el peaje, afortunadamente la vía es ancha y hay espacio de sobra”, mencionó Mariela Gamboa, vecina del barrio Edén del Valle 5, ubicado en ese punto.

Agregó que la única pena que le da es que ya no se pondrán los adornos navideños que se alumbraban el peaje durante todo noviembre y diciembre, porque no habrá dónde sostenerlos.

El pórtico será colocado en el transcurso de estos días y con ello, agregó Sandoval, el peaje estará expedito. Ya se podrá cruzar sin frenar, como pasa ya en el peaje del túnel Guayasamín, con sus pórticos, cámaras y sensores.

Una vez que se monte el pórtico, se activará la fase relacionada con el sistema eléctrico, las cámaras y los necesarios radares.

Complementariamente, el telepeaje de Collacoto, ubicado a unos metros del peaje de la Autopista General Rumiñahui, se reubicará en la vía misma, para poner freno a los evasores; o sea, se pondrá a la entrada y a la salida del intercambiador que allí se construyó hace algo más de seis años.

Eso obedece, dijo Sandoval, a un estudio técnico que se hizo recién. Buscaban la manera de evitarse también tantos líos con los vecinos -que unos decían que pongan nomás el telepeaje y otros no querían ni oír hablar de aquello-. Así que vieron la mejor ubicación para sacar esa infraestructura de allí y no seguir dilatando ese asunto.

Estos equipos los están homologando con la Agencia Metropolitana de Tránsito, según informó Sandoval, para que cumplan las normas y el usuario pueda emplear los dispositivos en los peajes de la Prefectura y del Municipio.

Si todo sale bien y el clima de Quito acompaña, para finales de julio estará en operación el peaje de la Autopista Rumiñahui, con toda la nueva infraestructura levantada y activada.