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5 de diciembre de 2018 09:39

El arte ha conquistado la casa de Benalcázar

En el taller hay maestros especializados. Se puede apuntar para aprender. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

En el taller hay maestros especializados. Se puede apuntar para aprender. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

Fundador de Quito o no, Sebastián de Benalcázar es recordado cuando se camina por las calles del Centro. Por allí está su escultura, su calle y hasta su hermosa casa.

El inmueble colonial está ubicado en plena esquina de la Olmedo Oe574 y Benalcázar, frente al antiguo Colegio Simón Bolívar. Es de dos plantas y se encuentra cerrado a cal y canto. Sin embargo, cuando se acerca a la puerta principal y se golpea la chapa, le abren de inmediato.

Adentro se divisa un enorme patio de estilo colonial, lleno de esculturas, puertas, bargueños y un Cristo igualito a los que hizo, en su tiempo, Caspicara. Y alrededor hay varias habitaciones llenas de materiales de escultura, pintura, joyería… En la planta de arriba, más de lo mismo.

Allí funciona, desde hace tres años, la última Escuela de Arte Quiteño de la capital. Está administrada por la Fundación Quitencis, su directora es Catalina Ávila; y el objetivo: que no muera el arte de la vieja guardia.

Y justo hoy, en esa casa con harta historia, habrá una jornada de arte y música por los 484 años de fundación de Quito. Desde las 11:00, el lugar estará ambientado como la antigua Escuela Quiteña y los maestros vestidos a la vieja usanza para mostrar los secretos del oficio. El recorrido durará 45 minutos.

Por la tarde vendrá el juego del 40, la ronda de cachos y la rumba con banda. Entre evento y evento, la idea es pintar una Virgen de Legarda en pleno patio de piedra, con una modelo en vivo. La entrada: USD 3.

La Casa de Benalcázar se usa como taller de arte, en el Centro de Quito.

La Casa de Benalcázar se usa como taller de arte, en el Centro de Quito.

El lugar embruja por la historia que guarda sus paredes, pero también por las maravillas que se hacen en los ocho talleres de la Escuela de Arte Quiteño: policromía, tallado en madera, caligrafía, escultura, dibujo y pintura, orfebrería, pan de oro y taracea, y cincelado en cuero.

Jaime Reyes, maestro del taller de tallado, taracea y escultura, cuenta que los estudiantes salen con conocimientos amplios de cada taller. Hay dos formas de cursos: los rápidos que son tres niveles, con un costo de USD 150; y los formativos que duran un año (10 niveles en cada área), cuyo valor es de USD 2 800.

La Escuela cuenta con siete profesores experimentados. Cada taller tiene en sus filas a tres o cuatro alumnos. Entre ellos hay estudiantes becados y los que sí pagan sus clases.

Como se tiene a los mejores maestros, dice Ávila, las empresas pueden patrocinar a cambio de los productos que se hacen en la Escuela. O pueden comprar tremendos objetos de finos acabados.

No se exagera, pues la Escuela tiene un nivel altamente profesional y mantiene las técnicas de antaño: para un encarne usan la vejiga de cordero, para una aplicación de oro el bol de armenia o el bruñido.

Porque la idea es que no mueran los viejos oficios del Quito de antaño, reitera Ávila. Los maestros son de la Escuela de Legarda, de la Escuela Taller Quiteño y otros son autónomos.

Si tiene esa vena de artista ahí está el chance de entrarle al aprendizaje, solo tiene que inscribirse en la Olmedo Oe-574 y Benalcázar o llamar al 098 1996 826. También puede registrarse en la página de Facebook.

Y de paso conoce la casa famosa de Benalcázar que, al parecer, tenía al arte como destino. Es que antes el inmueble fue un museo con bellas obras donadas por un conde español.