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20 de febrero de 2019 10:16

‘App’ para seguridad de guaguas

Christopher Becerra, de 25 años, está a 5 semestres de terminar su carrera. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Christopher Becerra, de 25 años, está a 5 semestres de terminar su carrera. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán


No había día en que no estaba con la mano en la pena, porque en las redes sociales llovían las alertas de guaguas desaparecidos. Así que un día Christopher Becerra decidió crear una aplicación digital para disminuir esos casos dolorosos y no solo limitarse a compartir la información en la Red.

Tras cinco meses de estar dale y dale, el estudiante de la carrera de Ingeniería en Ciencias de la Computación de la Universidad San Francisco consiguió el objetivo: una plataforma digital pensada para la seguridad de los niños y adolescentes en el momento de salir de sus respectivos colegios mediante el uso de códigos QR. El sistema se llama Kid Security.

La cosa fue más allá porque, tras harto trabajo de socialización, actualmente ya se usa en un establecimiento del norte de la capital con 1 200 estudiantes, cuenta Christopher.

Su activación no es nada del otro mundo, los padres o representantes legales de los alumnos otorgan autorización a una tercera persona para retirar a su hijo de la institución. Esta autorización puede ser leída únicamente por el personal del centro de estudios.

¿Cómo funciona? Se accede al sistema y se despliega una página donde el representante debe llenar un formulario con los datos personales de la persona delegada (cédula, correo electrónico, período para que sirve la autorización y foto). La autorización en formato de código QR llega vía e-mail solo a la persona autorizada.

Cuando va a retirar al estudiante, se presenta el código QR en el cole y la profesora lo escanea con el lector integrado en la plataforma y visualiza la información que el padre de familia proporcionó al sistema Kid Security.

Si la autorización es válida, se desplegará una alerta verde y se entregará al menor. De lo contrario, aparecerá el color rojo para indicar su invalidez; adicionalmente, está disponible un botón de pánico para llamar a las autoridades (911). También un e-mail de notificación sobre la lectura de la autorización es enviado al padre o representante legal.

Para que el sistema funcione se necesita una infraestructura que hay que pagar, por eso tiene un costo de USD 20 al año por estudiante, comenta Christopher.
Cuando mira atrás, el joven recuerda que ni pegaba los ojos por pensar y repensar cómo hacer el sistema. Fue difícil buscar códigos únicos y cómo encriptar, y después cómo hacerlo llegar a los padres. La respuesta más simple: a través de los códigos QR.

Luego, otro reto, quizá el más complicado porque significaba convencer de que su invento servía. Y eso fue durísimo, tuvo que hacer demostraciones y llegaron hartas desilusiones. Incluso algunos le dijeron vaya nomás por la sombrita, fueron unos 30 colegios que le dijeron no.

Pero ni así se amilanó, porque cada vez que le rechazaban era un aprendizaje, una motivación y crecía, confiesa Christopher. Hasta que, al fin, le abrieron la puerta en un colegio del norte de la capital.

De ahora en más, quiere que más planteles ingresen a su sistema, porque así se pulirá más y el precio será menor. Su aspiración: que el sistema se expanda a escala nacional y llegue a toda la guambrada, para que estén más seguros.
Kid Security está a disposición de los colegios, con el respaldo de la empresa Evergreent, por un precio mínimo al haber sido creado como un servicio a la comunidad. Si desea saber más sobre este sistema, puede comunicarse al
099 271 0239.