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15 de agosto de 2019 11:00

Angochagua, toda una postal

Así se ve Angochagua, en Imbabura, desde el mirador Muchanaju Rumi. Foto: cortesía comuna de Angochagua

Así se ve Angochagua, en Imbabura, desde el mirador Muchanaju Rumi. Foto: cortesía comuna de Angochagua

José Luis Rosales
(F-Contenido Intercultural)

El valle de Angochagua, ubicado en el suroriente de Ibarra, parece una postal. Así se ve desde Muchanaju Rumi (que en español significa las piedras que se besan). Se trata de un mirador natural considerado un patrimonio de las comunidades kichwas que habitan en esa zona.

Angochagua es uno de los 12 íconos priorizados en una primera fase del Geoparque Mundial Imbabura de la Unesco. Así lo explica Carlos Merizalde, responsable del proyecto que maneja la Prefectura de aquella provincia.

Los otros sitios son los valles del Chota y de Íntag, la geomorfología de Pimampiro, los lagos San Pablo, Cuicocha, Yahuarcocha y Cubilche, las termas de Chachimbiro, Salinas y los complejos volcánicos Imbabura y Cotacachi.

Dentro del conjunto, Muchanaju Rumi tiene una belleza singular. En medio de la montaña, tapizada por pajonales y plantas de mora y achupallas, resaltan rocas que emergen del suelo.

Los aventureros pueden acceder al lugar tomando un sendero que tiene gradas y pasamanos de madera, construidos por la parcialidad de Angochagua, como parte del plan turístico comunitario que han desarrollado.

El último atractivo instalado en la montaña, a pocos metros del abismo, es un columpio gigante. Ahí los visitantes pueden sentir la adrenalina al balancearse en el vacío.

Desde ese sitio se aprecian los cultivos de maíz, trigos y pastos. También se observan los volcanes Imbabura y Cayambe.

Esta belleza natural ha permitido desarrollar varios emprendimientos productivos, explica Gladys Potosí, integrante del Cabildo de Angochagua. Los fines de semana, por ejemplo, hay paseos a las montañas, dirigidos por guías nativos.

Mientras tanto, en la plaza principal de la parroquia, frente a la Iglesia, se ofrecen platillos de la cocina local como papas con berro, choclos con queso, champús, entre otros.

Los Geoparques Mundiales de la Unesco son una oportunidad para el reencuentro del patrimonio geológico, natural y cultural de cada pueblo. Pedro Cabascango, de la Red de Profesionales de Turismo, resalta también iniciativas de turismo místico. “Hay viajeros que llegan a Imbabura para participar en los rituales y limpias”.