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20 de septiembre de 2018 09:26

Ángel Llerena, candidato al Nobel en fisiología

El 19 de septiembre del 2018, hicieron un homenaje a Ángel Llerena en la U. Católica. Foto: Mario Fausto / ÚN

El 19 de septiembre del 2018, hicieron un homenaje a Ángel Llerena en la U. Católica. Foto: Mario Fausto / ÚN

Elena Paucar
(I)

Cuando Ángel Llerena propuso trabajar con ozono para combatir la sigatoka negra dudaron de su investigación. Cinco años después su estudio dio resultados: en cuatro bananeras donde aplicó la metodología se logró eliminar el hongo, reducir en un 40% el costo de producción y aumentar en 25% el rendimiento de la plantación.

Esa investigación catapultó al docente universitario a la nominación al Premio Nobel en Fisiología, que se definirá el 1 de octubre de 2018 en Estocolmo, Suecia. La propuesta fue presentada por la Universidad Agraria de La Habana (Cuba), después de una ponencia sobre el tema que se realizó en Madrid.

Llerena es doctor en Ciencias Agrícolas y máster en Agricultura Tropical Sostenible. Es catedrático de la Universidad Católica de Guayaquil. En los laboratorios de la Facultad Técnica para el Desarrollo ha liderado estudios de la agricultura sostenible.

El investigador asegura que al aplicar agua ozonificada se podría eliminar en Ecuador el uso de 5 000 000 de litros de fungicidas que se utilizan al año para el control de la sigatoka negra. La técnica ha despertado el interés en países bananeros como Tailandia y Costa Rica.

La mañana de ayer, 19 de septiembre del 2018, Llerena dejó por un momento su mandil para asistir a un homenaje organizado por la Asociación de Profes de la U. Católica de Guayaquil.

El rector Mauro Toscanini incentivó al nominado a desarrollar nuevos estudios, por ejemplo, vinculados a mitigar la plaga de caracoles que afecta a los cultivos de arroz en el Litoral. Llerena respondió que tienen avances en esa y otras áreas, solo con el uso de elementos naturales.

El catedrático, oriundo de Quevedo (Los Ríos), ha realizado 21 proyectos en la universidad guayaquileña. “En todas nuestras investigaciones participan estudiantes. Es una forma de incentivarlos a buscar alternativas agroecológicas para la fertilización y el control de plagas”.

En febrero, obtuvo dos reconocimientos y aún así, la humildad por delante.