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27 de noviembre de 2019 09:08

300 alumnos darán vida al piropo estas fiestas de Quito

El Salón de la Ciudad fue el escenario donde los chicos de los colegios se lucieron el año pasado. Foto: archivo / ÚN

El Salón de la Ciudad fue el escenario donde los chicos de los colegios se lucieron el año pasado. Fotos: archivo / ÚN

Evelyn Jácome
(I)

Quito ya no es la ciudad del piropo, ese lugar donde los chicos galanteaban con respeto a las señoritas que pasaban caminando por las calles de piedra, del brazo de sus padres. Esa cultura del verso elegante y cortés se ha diluido con el paso del tiempo. Pero una vez al año, el piropo cobra vida en Quito, de la mano de Efraín Cepeda, el último ‘piropero’ de la capital.

Tiene 91 años, pero su memoria lúcida le permite continuar a la cabeza de la organización de este festival, que se realiza desde hace 15 años.

El evento cuenta con la participación del Club de Poesía La Delicia y de nueve instituciones educativas del norte del sector. Además, cuenta con el apoyo del Municipio, por medio de la Administración zonal La Delicia. El encuentro será mañana, 28 de noviembre del 2019, en el Salón de la Ciudad, desde las 09:00.

Don Efraín es el principal expositor de esta práctica. Cuenta que el evento motiva a las nuevas generaciones a no dejar que estas tradiciones se pierdan. “El aroma de tu piel es como dulce quimera, que llena mi corazón y hace que yo más te quiera”, declama.

Efraín Cepeda, actualmente de 91 años, es considerado como el último ‘piropero’ de Quito.

Efraín Cepeda, actualmente de 91 años, es considerado como el último ‘piropero’ de Quito.

Siempre viste de terno y usa pañuelo, como los chullas quiteños de antaño. El piropo ha sido clave en su vida. Le sirvió para sobresalir en su época estudiantil, para ganar varios premios y, por supuesto, para conquistar a su esposa. También se volvió su herramienta para sobrellevar el dolor, en especial cuando hace siete años quedó viudo.

Cuenta que durante el último mes se dedicó a visitar los colegios del sector para dar talleres de literatura a los alumnos, y que puedan componer versos para el evento. Cada colegio tuvo delegados, quienes compusieron los piropos. Con todas las creaciones se formó un libro que será entregado de manera gratuita durante el evento.

Cuando don Efraín se refiere a sus alumnos, les dice ‘niños escritores’. Asegura que aquellas personas que tienen el don de hacer piropos son especiales. La recopilación de piropos y poesía de este año no solo hace homenaje al amor, sino y de manera especial a Quito, sus calles, sus plazas, sus lugares de encuentro, su gente.

En los talleres los miembros del club de poesía La Delicia compartieron sus experiencias y conocimientos con un grupo de 300 estudiantes, quienes desarrollaron ejercicios de composición literaria.

Durante el festival, los chicos lucirán trajes de la época colonial y harán escenas acompañadas de actuación y baile para dar realce al piropo.