Alcívar y Arce llevan a Liga de Quito al Mundial de Polonia
Jefferson Arce luce la cabellera rapada, casi a ras del cuero cabelludo. Sus compañeros de Liga de Quito le hicieron ese ‘look’ un día después de que fuera a la banca de suplentes con el equipo de primera, en la Copa Ecuador. No jugó, pero se ganó el típico corte que le hacen a los debutantes.
Este quiteño de 18 años empezó a pelotear a los 12, cuando tuvo una oportunidad de probar sus habilidades en Aucas. Desde la Sub 16 se vistió de blanco para defender a la ‘U’ y desde entonces todo ha sido crecimiento.
“Mayo ha sido un buen mes para mí. Pude estar por primera vez en el equipo principal de Liga frente al Deportivo Gloria y ser convocado para jugar el Mundial”, dice algo nervioso el hermano menor de Luis Arce, quien defiende a El Nacional desde esta temporada.
Además de la convocatoria, el viaje a Polonia también fue especial. Esta es la primera vez que sale del país. Por eso, en el aeropuerto Mariscal Sucre lució algo nervioso. No se despegaba de Jordy Alcívar, su compañero en Liga de Quito y en la Tricolor.
“Estoy tranquilo porque tengo el respaldo de mis compañeros. Viajo con gente que me conoce y que sé que puedo preguntarle cómo es la vaina”, dice Arce.
En Grodzisk, donde se concentra la Selección, es de los tranquilitos del grupo. Trata de no despegarse del resto de los muchachos.
“La verdad es que esta ha sido una experiencia bonita. Estamos trabajando porque queremos llegar lo más lejos en el Mundial y ver nuestros nombres en la historia del fútbol ecuatoriano”, dijo el jugador de los albos.
Jordy Alcívar es de Manta. Vive en el complejo de Pomasqui, pero ya ha salido del país. El fue parte de la plantilla de la Tri que jugó el Sudamericano Sub 20 en Chile, donde Ecuador se proclamó campeón. Además ya tuvo minutos en primera. Debutó el año pasado en el duelo que cerró la primera etapa, frente al Deportivo Cuenca.
Además se colgó en el cuello la medalla de campeón, un reconocimiento a su esfuerzo en la plantilla que dirige el DT Pablo Repetto. En febrero repitió la dosis, pero con una presea dorada como campeón regional juvenil.
Han sido seis meses intensos para el mediocampista manabita. Esta temporada, el único partido que disputó fue la ida de los dieciseisavos de final de la Copa Ecuador frente a Deportivo Gloria. También fue suplente, pero sumó algunos minutitos.
“Ha sido muy complicado estar en Liga de Quito para mí. Dejé a mi familia desde que era niño y eso me ha marcado. En la escuela Santa Marta jugué un amistoso y la gente de Liga de Quito me vio y me invitó a formar parte de sus formativas”, recuerda Alcívar, quien impone la moda en la Tricolor con sus cortes de cabello.
En el Sudamericano se hizo un mechón rubio y para este Mundial se dejó crecer el cabello y se rapó a los costados simulando una cresta, pero sin engominar.
Para este juvenil, el año más duro que le tocó vivir jugando para Liga fue en la Sub 13. En ese entonces vivía en el sur de Quito y le tocaba cruzarse toda la ciudad para llegar a tiempo a los entrenamientos. Sufría por las distancias y extrañaba el calorcito del puerto manabita.
Lleva viviendo siete años en el complejo de Pomasqui. Cuando todos sus compañeros del primer equipo se van, él se queda junto a otros juveniles que también pasan sus días en la casa club, en el sector de las formativas de la ‘U’.
Este mantense asegura que el equipo está preparado. El título en el Sudamericano les brindó seguridad para encarar retos más complejos para dejar el nombre del país en lo más alto.
