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18 de diciembre de 2018 09:46

Una acera sin paso en la calle Benalcázar

La restricción no es en toda la cuadra, pero sí dificulta el paso de la gente. Foto: Daniel Romero/ ÚN

La restricción no es en toda la cuadra, pero sí dificulta el paso de la gente. Foto: Daniel Romero/ ÚN

Daniel Romero
(I)

En un tramo de la vereda oriental de la calle Benalcázar, entre la Mejía y la Chile (Centro Histórico de Quito), hay que bajarse a la calzada para poder caminar.

En esa acera están colocados los maderos que apuntalan la cubierta del convento del Real Monasterio de la Inmaculada Concepción y el paso está restringido con cintas amarillas.

Esa restricción obliga a que los transeúntes cambien de acera o bajen a la calzada. Una de esas transeúntes es Mireya Quishpe quien, la mañana de ayer, 17 de diciembre del 2018, dijo que es una molestia el no poder circular con libertad por ese sector porque hay que caminar cerquita de los vehículos que circulan por esa vía.

En ese punto, el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) trabaja en el mantenimiento estructural de ese bien que es parte de los patrimoniales del Centro Histórico.

De acuerdo con el IMP, los trabajos son para reducir el grado de vulnerabilidad de la edificación y evitar mayores daños a futuro.

Ese no es el único convento en el que hay trabajos. Actualmente el IMP empezó una segunda fase de intervención las iglesias, conventos y capillas del Robo, Santa Clara, San Diego, La Concepción, El Carmen Bajo, San Blas, El Belén, Santa Catalina y Santa Bárbara.

Para circular por ese sector es recomendable usar la acera de en frente. El flujo de vehículos es alto, así que se debe tener cuidado si se transita por la vereda en la que se encuentra la intervención del IMP.

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