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Futbolero
21 de diciembre de 2020 13:37

El triste adiós de un club glorioso

Los defensas de El Nacional, Juan Carlos Paredes y Jean Peña (izq.) se lamentan tras el gol de Orense, en el estadio Nueve de Mayo de Machala. Foto: cortesía Orense

Los defensas de El Nacional, Juan Carlos Paredes y Jean Peña (izq.) se lamentan tras el gol de Orense, en el estadio Nueve de Mayo de Machala. Foto: cortesía Orense

Redacción Deportes (D)

El Nacional jugará el 2021 en la B. Su suerte estaba lanzada y pese a que el equipo tenía la opción de ganar al Orense y esperar que ‘Papá’ Aucas le haga el favorcito y derrote a la Liga de Portoviejo, nada cambió.

El equipo criollo perdió con los machaleños, un club nuevito que subió este año y que pudo sostenerse en la categoría. En los Reales Tamarindos, el Aucas no pudo con ‘La Capira’, con lo cual, así los criollos hubiesen ganado en Machala, no les habría alcanzado.

El Nacional no se va, por la derrota de ayer. Tampoco se va por una campaña terroríficamente mala y por una administración dirigencial de esta temporada que dejó mucho que desear.

El ‘Rojo’ desciende porque su estructura ya no da para más. Desde el 2007, cuando perdió los aportes de los militares, por una decisión del Tribunal Constitucional, que consideró que los aportes a los militares activos y pasivos eran arbitrarios, el equipo empezó a irse a pique.

Anualmente, El Nacional dejó de recibir USD 1,5 millones. Pero, lejos de reinventarse -palabra famosa durante la pandemia-, sus dirigentes pasaron añorando aquellos fondos con los que ya no contaban.

El Nacional dejó de ser el equipo que contrataba a los mejores jugadores. Sin dinero, también dejó de ser el club que formaba a los nuevos talentos. Ahora, los chicos de Esmeraldas y de Lago Agrio prefieren irse al Independiente del Valle.
La consecuencia de la poca gestión dirigencial fue la conformación de equipos con poca calidad. El Nacional se mantuvo en los últimos años, salvo algunas excepciones, siempre en posiciones secundarias.

A ello hay que sumarle la mala administración de este año. La presidenta Lucía Vallecilla gobernó con poca tolerancia e inteligencia emocional: tuvo cinco entrenadores en la temporada y se dio el lujo de tener a técnicos por tres fechas (Javier Rodríguez) y por dos jornadas (Édison Méndez).

El clima laboral siempre fue tenso en el equipo. ¿Pruebas? los entredichos públicos protagonizados por la dirigente y los futbolistas, el pasado miércoles en la vereda del complejo de Tumbaco. Los jugadores reclamaban sueldos atrasados de seis meses. La presidenta decía que sí hubo quincenas que se pagaron.

En medio de ese caos y confusión era una quimera pensar que El Nacional lograría la hazaña de sostenerse en la serie A.

El 20 de diciembre del 2020 perdió 1-0 en Machala y en el 2021 jugará en la B. Es un adiós muy triste, pero esperado.