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Futbolero
28 de noviembre de 2017 10:15

El ‘Gatito’ se forjó en la cancha de la Pío XII

Roberto ‘Gatito’ Garcés junto a su hijo Nicolás y Vanesa Mantilla, su esposa. Foto: ÚN

Roberto ‘Gatito’ Garcés junto a su hijo Nicolás y Vanesa Mantilla, su esposa. Foto: ÚN

David Paredes

Raúl Suárez y Gabriel Vaca, vecinos de la Pío XII, cuelgan una bandera gigante de Chacarita Jr. en el graderío de la canchita. Ambos trabajan en la liga de ese barrio del sur y conocen desde guambrito a Roberto Garcés, el mediocampista de El Nacional.

El ‘Gatito’, como conocen al quiteño de 24 años, se forjó en ese escenario. Defendió los colores del club más representativo de ese barrio y fue campeón en todas las categorías.

Por eso, el ahora futbolista profesional, se transformó en una especie de estrella. En las calles, todos los vecinos lo saludan, se toman fotos con él y uno que otro le pide una camiseta o un autógrafo.

Sus padres, don Roberto y doña Lourdes Sánchez, todavía viven en la casa donde Garcés dio sus primeros pasos. Su madre guarda una colección de fotografías, recortes de periódicos y camisetas de su muchacho. Es el orgullo de la familia y de su barrio, que lo mira con admiración.

“Empecé a jugar en barriales por el capricho de mi hermano Pablo. Él quería tener un equipo y mi papá se lo armó. Sus panas jugaban y me incluyeron a mí”, dice el ‘Gato’ en el centro de la cancha donde hace casi 10 años no paraba de alzar copas con el Farma Jr., el club de los Garcés, y el Chacarita Jr.

Suárez, quien trabaja en la cancha de la Pío XII, asegura que el volante criollo y su familia siempre brillaron en el barrio. Su papá jugaba de arquero, su hermano era un fuerte zaguero y el ‘Gatito’, el 10 que todos los otros equipos querían tener. Eso sí, don Roberto no pudo compartir cancha con sus muchachos. Él hacía de DT.
Lourdes asegura que su segundo guagua siempre fue el más chiquito de todos los equipos donde jugó.

“Siempre fue el más pequeño, pero el que mejor jugaba”, dice su mamá mientras muestra fotografías de Garcés con la camiseta del equipo de fútbol del Colegio Militar Eloy Alfaro.

En ese ‘cole’, su muchacho conoció al ‘profe’ Luis Granda, su primer entrenador de verdad y exgloria de El Nacional.

“El ‘profe’ Granda fue el primero que me enseñó de verdad a jugar al fútbol. Siempre había jugado de forma innata”, dice el volante de corte que debutó en el equipo criollo en la Serie A apenas el año pasado.

Uno de sus panas de barrio es Diego Proaño, el utilero de El Nacional. Él fue quien le advirtió a Roberto padre que habían pruebas de jugadores a finales del 2015 en Tumbaco. Es así como pudo ponerse la camiseta del ‘Nachito’ después de pasar penurias ese año en Aucas y en el Deportivo Quito.

“Mi señora estaba embarazada y yo no cobraba en el Quito. No tenía un futuro certero en mi carrera y pensaba en abandonar el fútbol. Pero el ‘Chavo’ le dijo a mi papi que había pruebas en El Nacional”, dice Garcés. Vanesa Mantilla, su señora, asegura que fue un momento complicado para su familia. Hubo desesperación y frustración.

Después de probar fortuna ante 200 aspirantes a futbolistas, el DT criollo Eduardo Favaro le dio las buenas nuevas: él y su ‘compita’ Rinson López se quedaron en la institución. Incluso debutó con triunfo ante el Barcelona, en el Atahualpa.

Sus sueños se hicieron realidad. Ya jugó Libertadores y es parte del club de sus amores. Cuando era guambrito confesó que soñaba con jugar junto a Cristian Lara y vestir el ‘camuflaje’ rojo.