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Futbolero
21 de enero de 2019 12:42

Pulgas es el mejor amigo de los albos 

Álex Reyes es el cuidador de Pulgas desde hace siete años. Ambos viven en el complejo de Pomasqui. Foto: David Paredes / ÚN

Álex Reyes es el cuidador de Pulgas desde hace siete años. Ambos viven en el complejo de Pomasqui. Foto: David Paredes / ÚN

David Paredes
(D)

A paso lento, algo desgreñado y con la mirada cansada, Pulgas camina por el complejo de Pomasqui con total libertad. Se pasea entre periodistas, jugadores y los ‘profes’ del primer equipo de Liga de Quito. Pasa desapercibido, porque desde hace siete años ya es parte del paisaje de los universitarios.

Se trata de un perrito runa que llegó al club por casualidad y por hambre. Ahora vive en una casita por las instalaciones de formativas. Sus cuidados están a cargo de Álex Reyes, quien también ejerce como administrador del club profesional, en el Centro de Alto Rendimiento de los albos.

Nadie sabe la edad exacta del can, porque llegó crecidito. Tampoco de dónde y por qué apareció. La única certeza es que desde su arribo a la ‘U’ se ganó el cariño de la mayoría de entrenadores y jugadores que han lucido el escudo albo en el pecho.

“Pulgas llegó con otros perritos un día a las formativas y se quedó porque les dábamos de comer. Se hizo amigo de la mayoría en el club”, dice Reyes, su mejor amigo.

Según Reyes, todos estaban chochos con el canino, menos el ‘profe’ Edgardo Bauza. El ‘Patón’ estaba cansado que los animalitos entraran a la cancha en plena práctica. Con toda la autoridad que se ganó tras conquistar la Libertadores del 2008, el argentino pidió que Pulgas y sus amigos abandonaran las instalaciones del equipo.

“Pulgas y los otros perritos se metían a la cancha y a veces interrumpían los entrenamientos. Bauza, cansado de que sucediera eso, pidió que los sacáramos. Los dimos en adopción a todos. Pero él volvió a los 20 días. Se escapó de su nuevo hogar y regresó con nosotros”, recuerda Reyes.

Su reaparición fue algo dramática. El ‘castellano’ estaba sucio, cansado y algo desorientado. Había pasado semanas buscando el complejo de los albos, donde recibió comidita y el cariño de los jugadores.

Ahora es el mimado del DT Pablo Repetto y su cuerpo técnico. A veces, se acuesta entre los pies de los futbolistas que esperan la orden para que inicie el entrenamiento. Cuando la pelotita empieza a rodar, la mascota de Liga se queda quieta. Por lo general busca el pedacito de césped que esté más calientito por el sol para seguir durmiendo.

A veces se da una vuelta alrededor de la cancha, como inspeccionando que los pupilos del DT ‘yorugua’ hagan su trabajo. Pero ahora luce cansado. Ya ha corrido y hecho travesuras lo suficiente. A veces tose y por eso los utileros molestan a Reyes.

“Dile que tosa o que te dé la pata”, grita uno de los colaboradores del equipo de Primera.

En Pomasqui todos afirman que es un perrito obediente. Siempre responde moviendo la cola a quien le silva y lo llama por su nombre. “Se ha vuelto educado. Tiene acceso a casi todos los espacios del equipo de primera y de las formativas.

Eso sí, no entra al Country Club, ni a la Casa de Liga. También respeta cuando los ‘profes’ están trabajando”, dice su cariñoso cuidador mientras la mascota se revuelca en el piso tratando de llamar la atención de su amo.

Reyes es de esos trabajadores del complejo que tienen actividad permanente. Pasa de arriba-abajo por las instalaciones. Pero nunca está solo. Pulgas lo sigue a donde vaya. Cuando ingresa a la Casa Club, el perrito lo espera en la puerta.

Los utileros lo miman también. Es hincha de los guambras de las formativas. Está presente en los partidos y en los entrenamientos. Pero ya no es tan vital como hace algunos años. Tose poco y camina lento. Eso sí, da la patita cuando se lo piden y es aseado.

“Tiene mejor físico que yo. Los jugadores aveces les resulta más fácil buscar a Pulgas para saber dónde estoy”, aclara su fiel cuidador y amigo.

La alimentación es sencilla. A veces come carne, arroz y sopitas. Pero también ingiere balanceado. Tiene su casita propia y duerme en la puerta del dormitorio de Reyes.

¿Por qué se llama Pulgas? Reyes explica que fue él quien lo bautizó así por su apariencia. “Es peludo y despeinado. Por eso se llama así”, afirman.

Pulgas entra en el selecto grupo de mascotas del fútbol ecuatoriano. A diferencia de Coloso, que es el mimado de Barcelona, este no conoce de estadios. Tampoco tiene una caricatura para las redes sociales y solo saben de él los jugadores, dirigentes y gente involucrada con el equipo de fútbol.

Ya está viejito, pero aún tiene mucho cariño para dar a su amo y a los muchachos que dirige el ‘yorugua’ Pablo Repetto.