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Futbolero
9 de noviembre de 2017 10:26

Narváez y Bravo, guardianes del camerino de 'Papá' Aucas

Marco Narváez y Edwin Bravo andan de arriba para abajo en los partidos, en las concentraciones y entrenamientos. Foto: David Paredes / ÚN

Marco Narváez y Edwin Bravo andan de arriba para abajo en los partidos, en las concentraciones y entrenamientos. Foto: David Paredes / ÚN

David Paredes

Son un dúo dinámico e inseparable. Andan de arriba a abajo, moviéndose como hormiguitas y solucionando problemas logísticos en los entrenamientos de Aucas en el Gonzalo Pozo y también en los partidos.

Marco Narváez y Edwin Bravo, los dos utileros de ‘Papá’ se han ganado el cariño de jugadores, dirigentes y del cuerpo técnico comandado por el argentino Darío Tempesta. Esta temporada, esta dupleta le pone mucho empeño a que a los futbolistas del primer equipo no les falte nada en cada viaje y en cada juego.

Narváez se encarga de los zapatos, camisetas y los uniformes de entrenamiento. Además, es el guardián de la cancha del Gonzalo Pozo Ripalda. Es tan duro que de él depende que los periodistas puedan pisar el gramado para hacer las entrevistas terminada la práctica. Recibe a todos con una sonrisa de oreja a oreja. Por su parte, Bravo cuida de los balones y otros implementos de entrenamiento como las cintas, conos, estacas...

Los utileros están felices y expectantes con el momento de ‘Papá’ que ya mira a la A de más cerca. Ellos comparten habitación y asiento en las concentraciones. Ambos tienen más de cuatro años trabajando en el club, pero es la primera vez que comparten la canchita de ‘Papá’.

“Estuve en dos ascensos y conozco los nervios que a estas alturas del torneo sienten los jugadores. El fútbol me ha dado chance de subir a la Serie B y a la Serie A, pero también me dio un descenso. Eso es lo más feo y no lo queremos repetir acá”, le dice a ÚLTIMAS, Narváez, quien no se desprende de su gorra negra. Solo se la saca para mojarse la cabeza y posar para la cámara.

Bravo tuvo la oportunidad de ser promovido al primer equipo a inicios de la temporada. El DT Armando Osma lo trajo de las formativas del club para que les dé una mano con la utilería. Si ‘Papá’ asciende sería su primera logro importante con el equipo.

Tiene 37 años, tres menos que Néicer Reasco. Su pasado en las juveniles del equipo le da cierta cercanía y complicidad con los nuevos talentos del equipo como Johnny Quiñónez o Diego ‘Chiqui’ Palacio, dos de las nuevas joyas. “A los más chicos del equipo los conozco bastante. A veces estoy pendiente de su dieta, de que tomen ciertos suplementos vitamínicos que les dan los doctores”, relata Bravo.

La vida de los utileros está llena de adrenalina, de recuerdos, de momentos de tensión y de anécdotas inolvidables como la que cuenta Narváez. Este año se olvidó en la bodega de utilería las medias de juego y solo se acordó ¡cuando el equipo estaba en Manta! Antes de viajar, la marca auspiciante de ropa del equipo les había entregado nueva indumentaria. Él cogió las prendas, las acomodó en los chimbuzos y subió las maletas al auto, pero se olvidó de las medias grises. Tuvo que recurrir a sus panas utileros de las formativas para que le manden por avión los paquetes con los calcetines.

“Cometemos nuestros errores, pero los chicos entienden. Hablamos todos. Por ejemplo Neícer es el más fresco en ese aspecto”, confiesa Bravo.

Con Tempesta y el resto del cuerpo técnico hay parcería. Para esta nota, le pidieron a ÚLTIMAS que las fotografías se hagan después de que los muchachos se vayan del estadio. No querían que se porten cargosos con bromas. “Compa, después esos manes nos molestan”, pedía Narváez. Los guardianes guardan un secreto culposo: ambos son hinchas de Barcelona, pero ya están en proceso de conversión. Dice que ‘Papá’ se les metió en el corazón.