placeholder
Futbolero
4 de febrero de 2019 12:21

En El Nacional: De tal palo, tal Amaya

Padre e hijo comparte la pasión por el fútbol. Foto: David Paredes / ÚN

Padre e hijo comparte la pasión por el fútbol. Foto: David Paredes / ÚN

David Paredes
(D)

Pablo Amaya, entrenador de la Reserva de El Nacional, conserva en un cuaderno los recortes periodísticos y fotos de su etapa como futbolista profesional. Las imágenes más preciadas son las que aparece defendiendo a los criollos en 1996, año que fue campeón. También guarda con recelo las postales de su era como defensor central en Técnico Universitario y Universidad Católica.

Esta costumbre quiere heredarla a su hijo Pablo Ángel, quien ya está dando sus primeros pasos en el profesionalismo. Su muchacho es uno de los delanteros con los que el DT Marcelo Zuleta afrontará la Liga Pro y la Copa Ecuador.

Este guambrito de 17 años fue el goleador de la Sub 18 del Bitri. Con esta categoría marcó 27 tantos. En el equipo de Reserva, que dirige su papi, se proclamó campeón.

“Mi historia en el fútbol nació cuando era niño. Tenía 6 años cuando entré a una escuelita en Tumbaco y mi papá era el entrenador. Él me formó hasta los 13 años, hasta que entré a El Nacional”, dice Ángel.

El espigado atacante empezó como volante por izquierda. El DT colombiano Armando Osma lo subió a la Reserva cuando tenía 14 años y desde entonces le agarró el gusto a ser delantero y marcar goles.

Su padre le enseñó algunas mañas. Pablo jugó de defensa. Era de esos que metían el cuerpo con todo y no le importaba golpear a sus rivales con tal de quitarles el balón. Por eso, ahora que su muchacho es atacante, le enseña a cuidarse de los agresivos.

“Confieso que era de esos defensores aguerridos y algo agresivos. Por eso le enseño a mi hijo como defenderse de los golpes. Incluso le he enseñado cómo saltar en los tiros de esquina y en los centros”, dice el ‘profe’ Amaya.

Para Angelito, salir campeón bajo la tutela de su padre fue especial. El año pasado, en la Reserva, jugó siete paridos y marcó dos goles. Uno de ellos en la final ante el Aucas.

“El objetivo era salir campeón en la Sub 18 y no lo logramos. Por suerte pude jugar en Reserva y salir campeón. Es especial ver a mi papá en el banco", dice Pablo Ángel.

El ‘profe’ Amaya recuerda que su muchacho tuvo un ligero paso como arquero cuando él jugaba en Técnico Universitario. René Esterilla, actual preparador de arqueros del Aucas, le regalaba los buzos y los guantes para que se enamorara de la posición.

“Era buen arquero cuando era niño. A él le gustaba jugar y no le importaba en qué posición lo ponían. Poco a poco lo fui convenciendo para que dejara el arco”, dice riendo el exdefensor orense.

Desde que es entrenador, se planteó como objetivo ayudar a los jóvenes. No tiene reproche en afirmar que sí le ha dado una manito a su hijo, aunque aclara que solo lo tuvo en una categoría.

“Por qué no ayudar a mi hijo que sé cómo vive, cómo está formado y cuáles son sus cualidades”, dice el DT. Eso sí, el puesto nunca lo tuvo ganado. En la Sub 18 y ahora en el Primer equipo ha peleado duro para ganarse un lugar en el once estelar.

El apellido Amaya no le ha generado presión a este pelado que quiere destacarse con los criollos. Quiere estar en la historia del Bitri y por eso se ha sacado el aire.