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Futbolero
15 de junio de 2018 06:50

De la que se salvó el ‘Patón’ Bauza

Artem Dzyuba de Rusia anota el gol de 3-0 durante la Copa Mundial de la FIFA 2018. Foto: EFE

Artem Dzyuba de Rusia anota el gol de 3-0 durante la Copa Mundial de la FIFA 2018. Foto: EFE

Pablo Campos

Pensábamos que el partido iba a ser un bodrio, pero resultó hasta entretenido. Entretenido, pero engañoso. Entretenido por los golazos rusos, pero engañoso porque el equipo local no es una maravilla, ni mucho menos. Es un cuadro de obreros que se encontró con un cuadro bien débil, muy inocente para defender e inofensivo en el momento de atacar.

Arabia Saudita fue un débil cordero, un equipo sin organización, de esos que muchas veces aparecen en la fiesta grande de la Copa del Mundo y no aportan gran cosa. ¡De la que se salvó Edgardo ‘Patón’ Bauza, quien fue técnico de este equipo en tres partidos antes del Mundial. A él lo echaron porque a las autoridades deportivas no les gustaba su estilo: contrataron entonces a Juan Antonio Pizzi, pero el extécnico de Chile tampoco puede hacer milagros.

“Estuvimos muy lejos de lo que pretendíamos. El equipo rival se tuvo que esforzar muy poco para sacar una ventaja incomprensible. No he visto demasiada diferencia con lo que muestra Rusia habitualmente. Creo que tuvo mucho más que ver nuestro propio juego”, dijo Pizzi en la rueda de prensa posterior al partido.

El entrenador, visiblemente afectado por la derrota, explicó que Rusia jugó como siempre, cediendo el balón el equipo rival, y buscando el área con balones altos. De hecho, en las estadísticas del partido, el equipo que más tuvo el balón fue el goleado: Arabia Saudita, 60% del tiempo contra tan solo 40% de los anfitriones.

El portero saudi Abdullah AlMuaiouf encaja el 4-0 tras un disparo de falta del extremo ruso Denis Cheryshev durante el partido Rusia-Arabia Saudí.Foto: EFE

El portero saudi Abdullah AlMuaiouf encaja el 4-0 tras un disparo de falta del extremo ruso Denis Cheryshev durante el partido Rusia-Arabia Saudí. Foto: EFE

Los suplentes se ­volvieron históricos

Si a los árabes no les salió nada, a los locales todo les vino bien. Pero al inicio no parecía así: la lesión de Alan Dzagoev en el primer tiempo parecía una maldición. Entró en su cambio el ex Real Madrid Denis Cherysev y con él cambió la suerte del partido: marcó dos goles y fue la figura del compromiso.

Los suplentes fueron fundamentales. Tres de los cinco tantos, curiosamente, fueron obra de jugadores que ingresaron desde el banco de suplentes: el doblete de Cheryshev y el gol de Artem Dzyuba. “Ni en mis mejores sueños pensé que lograría esto”, decía la figura del partido.

Esta es la segunda mayor goleada en un partido inaugural: la primera es el 7-1 que le propinó Italia a Estados Unidos, el 27 de mayo de 1934. Un anfitrión no metía más de cinco goles desde el 6-0 de Argentina a Perú en 1978.