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Futbolero
4 de marzo de 2020 09:49

Marcos Caicedo en la 'U'

Marcos Caicedo fue uno de los fichajes nacionales estelares de los albos. Llegó para ser titular. Foto: David Paredes / ÚN

Marcos Caicedo fue uno de los fichajes nacionales estelares de los albos. Llegó para ser titular. Foto: David Paredes / ÚN

David Paredes

Dejar Barcelona y Guayaquil no fue fácil para Marcos Caicedo. El ahora mediocampista de Liga de Quito meditó mucho esa decisión durante todo el 2019. Había perdido espacio en el equipo titular y ya no se sentía cómodo en la ciudad, menos en el equipo que dirigieron Guillermo Almada y Leonardo Ramos.

Fueron seis meses duros en la vida de Caicedo. No jugaba y a veces no era citado ni para estar en la banca de suplentes. Por eso cuando le propusieron fichar por los albos, agradeció a Dios y aceptó sin pensarlo dos veces.

Como hombre de fe, sintió que la llamada de Esteban Paz, máximo dirigente de la ‘U’, fue la respuesta a sus plegarias.

“Con mi familia ya estábamos planificando nuestra salida de Guayaquil. Ya no me sentía bien en Barcelona. Sabía de la posibilidad de llegar a Liga. Por eso, cuando se dio, hablé con mi representante para que iniciara las conversaciones con Pachuca (dueño de sus derechos deportivos)”, dijo Caicedo.

Pero su llegada a Quito también puso a prueba su fe. En el partido amistoso de presentación ante Fénix de Uruguay marcó un gol, pero se lesionó. El diagnóstico: una distensión de ligamento interno de la rodilla derecha. Estuvo 3 semanas fuera de competencia.

“Encontramos unos pequeños fragmentos dentro de la articulación que tenían que ser removidos para que no se dañara el cartílago”, explicó Richard Cabezas, medico de los albos.

La operación fue inmediata. Le sometieron a una artroscopia que le obligó a ver a su nuevo equipo ser campeón de la Supercopa Ecuador desde los graderíos.

“Llegar a un equipo nuevo y ser operado antes del debut no es fácil. Este tipo de situaciones son complicadas si no te apoyas en Dios”, dice Caicedo.

Marcos es un hombre de fe. Desde el 2012 su vida dio un giro radical. Ese año se bautizó como cristiano y desde entonces ha acatado la palabra de Dios en todo momento. Asegura que en Pomasqui ya está ganando adeptos. Algunos compañeros se le pegan para escucharlo orar. Hasta el ‘profe’ Pablo Repetto le pone atención cuando ora.

“La Biblia dice que para los que aman a Dios todas las cosas saldrán para bien. Me fortalecí en eso, esperé mis chances y la lesión la asumí con el mejor ánimo”, dice sonriendo el volante guayaco.

Y sí, sus plegarias nuevamente fueron escuchadas. Esta noche (19:30), ante River Plate, será titular en el once de los albos. Jugará la fase de grupos de la Copa Libertadores después de tres años.

Su fe y su amor a Dios lo han llevado a escenarios inimaginables. En Guayaquil, en su iglesia, fue predicador. Se llenó de valor y se subió al púlpito para hablar de la palabra. Asegura que esa ha sido una de las experiencias más lindas que ha experimentado.

Sus prédicas se han trasladado a los medios digitales. En su cuenta de Instagram ha publicado videos de él hablando de Cristo en tiempos complicados, como el que está viviendo el Ecuador con el brote del virus covid-19 (coronavirus).

“Desde que busqué al Señor, me he fortalecido. En esto del fútbol hay muchas personas que te tratan y te desean el mal. Si no tuviera a Cristo que me fortalece, no seguiría en el fútbol”, asegura.

Sus mensajes han calado hondo en el equipo. Es de los más respetuosos de la fe ajena y por eso, cuando rezan un Padrenuestro y un Avemaría, guarda silencio. Eso sí, es de los primeros en hacer el grito “Liga Campeón”.