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Futbolero
17 de diciembre de 2018 09:03

¡Gracias ñaños!...el rey ha vuelto

Jhojan Julio y Anderson en el festejo del gol con un juego de manos como cuando eran guambras. David Paredes / ÚN

Jhojan Julio y Anderson en el festejo del gol con un juego de manos como cuando eran guambras. David Paredes / ÚN

Mauricio Bayas
(D)

Pasaron 2 926 días desde aquella última vez que Liga de Quito levantó un trofeo y gritó: ¡campeón! Era, entonces, el año 2010 y Anderson Julio era un guambra que recién tenía 14 años y empezaba en el fútbol.

En la cantera de la Sub 16 soñaba con un día patear al arco y volverse ‘loco’ festejando. Y, ayer, 16 de diciembre, su sueño se hizo realidad. Al minuto 9 del partido, en la final de vuelta ante Emelec, Anderson sacó un zurdazo para vencer al golero Esteban Dreer, de Emelec.

El estadio Rodrigo Paz Delgado gritó a todo pulmón el tanto. Los mismos hinchas que a lo largo de todo el año pegaron unos insultos en contra de Anderson y de su ñaño Jhojan se volvieron locos con el tanto del guambra.

Fue la escena más vibrante en 25 minutos en los que pasó de todo. Cuando el partido empezó con LDU acelerando a fondo se lesionó Hernán Pellerano. Recién era el minuto 4 del partido y Liga perdía al primer soldado en una batalla de sufrimiento.

Después vino el gol y una aplanadora de fútbol ofensivo. Liga fue superior y comenzó a desperdiciar oportunidades increíbles. La Liga de Repetto no jugaba feo (una crítica de todo el año), pero generaba nerviosismo la falta de puntería para liquidar a Emelec.

El único susto fue un tiro libre de Pedrito Quiñónez que dio en el travesaño. LDU pudo hacerle tres, fácil. Otra vez, el miedo volvió a rondar el templo albo cuando a los 25 minutos cayó el ‘Mariscal’ Franklin Guerra. El manabita fue a pelear la pelota en un cuerpo a cuerpo con Brayan Angulo y recrudeció la molestia.

Quiso hacerse el valiente y seguir en pie. Movía su pierna, pero ya no pudo. Ya no dio más. Los rostros de los hinchas lo decían todo. Kevin Minda, quien entró en reemplazo de ‘Pelle’, pasó a ser dupla con Edison Realpe. Este último improvisado en el puesto.

Dos centros cruzados al área fue lo más peligroso que generó Emelec y que dejó ver algo de descoordinación de la zaga.

Pero luego volvió la Liga a buscar el arco rival. Lo hizo para romper ese mito de que la ‘U’ de Repetto hace un gol y se defiende. No. Eso no pasó. No hubo la necesidad de cruzar el bus para defender el gol. Fue todo lo contrario. El ataque fue un ‘Ferrari’ en cada contragolpe.

El partido estaba para repetir la historia y pintar un 7-0, pero el sufrimiento estuvo ahí. Hubo mucho nervio. En los últimos minutos, fue la hinchada la que comenzó a empujar al equipo.

Emelec tuvo poco que ofrecer en la final. Fue la Liga de Repetto la que se quedó con el título. La Liga de los Julio (Anderson y Jhojan), de Kevin Minda, de Guerra, los Jefferson: Intriago y Orejuela, la del ‘Choclo’ Quinteros, de ‘AnangoDiós’... ¡Salud, señores! Volvió el campeón.