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Futbolero
14 de septiembre de 2017 20:08

Liga hace un buen negocio en Río 

Los jugadores de Liga de Quito saltan para evitar un lanzamiento libre de Fluminense. Foto: AFP

Los jugadores de Liga de Quito saltan para evitar un lanzamiento libre de Fluminense. Foto: AFP

Agencia EFE

El Fluminense lamentó la falta de acierto para convertir las múltiples opciones de gol generadas y con un triunfo por 1-0 permitió a Liga de Quito salir con la sensación de haber hecho un buen negocio, este jueves 14 de septiembre, en el partido de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana.

La cita de vuelta se producirá el próximo jueves en la capital ecuatoriana.
Un gol de falta del mediapunta Gustavo Scarpa a los 6 minutos selló el triunfo del Fluminense sobre un rival que ya fue su verdugo, pues le venció en la final de la Copa Libertadores de 2008 y la de la Copa Sudamericana de 2009.

Scarpa ejecutó de pierna zurda una falta de manera magistral por fuera de la barrera que se coló hasta el fondo de la portería de Leonel Nazareno.

El Flu dominó durante todo el encuentro y dispuso de varias oportunidades para ampliar la ventaja pero no estuvo fino en la puntada final.

El tempranero tanto dejó al conjunto ecuatoriano igual de frío. No hubo reacción y dieron un paso atrás ante un Fluminense que, aupado por su afición controló las acciones.

Un disparo lejano de Henrique Dourado, uno de los goleadores del Campeonato Brasileño, volvió a dejar en evidencia al poblado centro del campo de la formación orientada por el uruguayo Pablo Repetto.

El atacante brasileño será baja en la vuelta al ver hoy una tarjeta amarilla que acarrea suspensión para la vuelta.

En el segundo tiempo, los equipos buscaron más presencia en ataque con la entrada del centrocampista ecuatoriano Júnior Sornoza en los locales y del punta Jonathan Betancourt en los visitantes, aunque el guión siguió igual, con claro dominio del Flu.

Los ecuatorianos no supieron aprovechar la baja por lesión de los dos centrales titulares del local Henrique y Renato Chaves, y prácticamente no intimidaron a Julio Cesar.

Cuando lo hicieron, el argentino Hernán Barcos mandó un remate desviado y Anderson Julio pateó a las manos de Julio Cesar, en las únicas llegadas con peligro a la portería local.

El Fluminense buscó el desborde por las bandas para huir del poblado centro del campo ecuatoriano y buscar el remate de Dourado, que no tuvo su mejor día.
Scarpa y Robinho, con remates desde lejos rozaron el gol.

El resultado le da vida de cara a la vuelta a Liga de Quito, que pudo llevarse una desventaja más abultada.