placeholder
Futbolero
24 de junio de 2020 13:01

Carlos Luis Morales construyó su legado volando en el arco 

‘Pestañita Morales debutó en el arco de los toreros en 1983. Ganó cuatro títulos. Luego fue a la tele y después decidió hacerse político. Fotos: archivo/ ÚN

‘Pestañita Morales debutó en el arco de los toreros en 1983. Ganó cuatro títulos. Luego fue a la tele y después decidió hacerse político. Fotos: archivo/ ÚN

Pablo Campos (D)

Usaba, principalmente, dos buzos con líneas multicolores en el pecho. El uno tenía los hombros y espaldas de color negro y el otro era gris. El 12 de septiembre de 1990, Carlos Luis Morales o ‘Pestañita’, como le decía el pueblo barcelonista por sus largas pestañas, escogió el buzo de vivos negros para salir en las fotos de su hazaña.

Aquel día, Morales hizo rugir al Monumental. Minutos antes de la definición por penales, el técnico Miguel Brindisi lo tomó por el brazo y lo llevó al centro de la cancha para darle un útil-pequeño-sentido discurso: “Intentá quedarte hasta el final sin lanzarte, esperá a ver dónde te van a cobrar el penal. Y recuerda Carlitos que sos grande, muy grande”, le dijo el DT.

Así era ‘Pestañita’. Un ídolo dentro del ídolo. El artífice de la primera clasificación de un equipo ecuatoriano a una final de la Libertadores. Ese día, aguantó hasta el último y sacó su pierna para desviar el lanzamiento de José Serrizuela. Luego, Jorge ‘Polilla’ da Silva mandó su pelotazo al poste y desató la algarabía.


Morales dijo adiós. Su corazón dejó de latir a los 55 años, en un momento turbulento en su vida política, la pasión que abrazó tras dejar el fútbol y el periodismo. Pero, sus amigos y los aficionados, sobre todo de Barcelona, prefieren recordarlo en el verde césped, vestido de corto, con los buzos multicolores, arrodillado en el Monumental, celebrando la gloria deportiva.

Desde su repentino adiós, el mundo del fútbol se ha conmocionado y ha llenado páginas con recuerdos del célebre guardameta, que debutó en Barcelona en 1983 y con el que conquistó cuatro títulos nacionales: 1985, 1987, 1989 y 1991. “En 1985, teníamos un equipo con gente experimentada; en los campeonatos de 1987 ya hubo una renovación importante y el cambio de línea en cuanto a los extranjeros: vinieron los uruguayos Walkir Silva y Washington Aires”, rememoraba en una entrevista durante la pandemia el célebre guardameta.

En 1989, Morales dio la vuelta olímpica en un desértico estadio Atahualpa, en aquel polémico partido que tuvo que repetirse ante Deportivo Quito. Un colega de aquella época, Carlos Enríquez, no escatima en elogios para hablar de Morales. “Un dolor enorme la partida de Carlos Luis, me quedo con la imagen del futbolista,compañero y amigo”, reflexionó el exgolero del cuadro azulgrana.


En 1991, Morales saltaba a la cancha con un uniforme inmaculado, absolutamente blanco a los partidos. “Ese año tuvimos un equipazo. Realmente era un equipazo”, recordó hace poco. Rubén Insúa y un joven José Gavica eran los motores de dicho cuadro, que le ganó el título al Valdez de Milagro.

Morales tuvo dos incursiones internacionales: al Independiente de Argentina (1994 y 1995) y el Palestino en 1998; un paso por Liga de Portoviejo tras su retorno de Argentina y un camisetazo en Emelec, en 1997, contratado por Omar Quintana.

‘Pestaña’ anduvo por Quito: entre 1999 y el 2000 atajó en Espoli. En el rancho San Vicente, en el sector de La Prensa, aún lo recuerdan con cariño. Aportó experiencia a un equipo que por esos años dio pelea.

El mundo fútbol llora a ‘Pestañita. Su legado futbolístico será imborrable. Ese será el mejor recuerdo.