placeholder
Futbolero
18 de febrero de 2019 15:05

Eugenio Espejo campeón

El festejo del campeón fue acompañado por la barra de su colegio. “Gracias Espejo” se coreó desde los graderíos. Este es el segundo título que levantan los guambritos en tres años. Foto: Galo Paguay / ÚN

El festejo del campeón fue acompañado por la barra de su colegio. “Gracias Espejo” se coreó desde los graderíos. Este es el segundo título que levantan los guambritos en tres años. Foto: Galo Paguay / ÚN

Redacción Deportes


El ‘profe’ Kléver González se arrodilló en un lado de la cancha. Lloró y con los brazos hacia el cielo dedicó el título, con la Sub 16 del Espejo, a su madre: María Sarmiento. “Desde que llegué a esta institución siento que mi madre, desde el cielo, siempre me acompaña y me está iluminando”, dijo entre lágrimas.

Hace ocho años llegó a Quito. Él es oriundo de la ciudad de Loja y desde hace tres años forma parte del cuerpo docente del Eugenio Espejo. El año pasado, con la Sub 14, obtuvo el título de campeón. Ahora, con la misma plantilla, alzó la copa de la Sub 16 intercolegial.

Marco Revelo, asistente técnico, al ver a González arrodillado se acercó a él y con un abrazo lo felicitó por el título logrado.

González y Revelo se apoyan mutuamente en la preparación de los seleccionados. Revelo está a cargo de la Sub 14 y en esta categoría González es su asistente.

El estratega de 28 años confió en sus pupilos. Entre ellos estuvo Ricardo Pazmiño. Tiene 14 años y durante el partido marcó el primer gol en la final ganada el viernes al Montúfar (2-1).

Lo más destacado del guambra grandote fue su constante movimiento de cabeza, que lo hacía de izquierda a derecha. Lucía hasta vanidoso con su ‘look’.

Esto porque su flequillo le incomodó al correr para ver el balón. “Me dejé crecer el cabello porque quería saber cómo me queda, pero ahora me voy a cortar, porque me molesta para realizar mis actividades y jugar”, contó Pazmiño.

El goleador cursa décimo de básica. Es por eso que su tiempo lo divide entre los entrenamientos y las clases, pero para él suele ser un desafío cumplir con ambas responsabilidades. Cuenta que en ocasiones no tiene tiempo para estudiar, pero hace todo lo posible para obtener buenas calificaciones y rendir en los entrenamientos.

Pazmiño mostró su destreza y habilidad para jugar fútbol. Hizo gambetas y ‘galletitas’. Él desde pequeño juega fútbol, pero nunca ha entrenado en un equipo que no sea de su colegio, ni tampoco ha jugado en alguna liga barrial.

Con la voz animosa dedicó el triunfo a sus ‘profes’ y a sus padres. Con rostro rojo y con voz tímida, le hizo un guiño a su novia Milena.

A diferencia de él, su compañero Stalin Rojas sí tiene formación técnica, pues él se entrena en el Deportivo Quito desde hace varios años.

Rojas tiene 15 años y desde los ocho viste la camiseta de los azules. Este es el primer título que festeja con su colegio. Recuerda que no pudo jugar con la Sub 14 en el 2018, porque tuvo una lesión.

En la final jugada en el estadio Gonzalo Pozo, la barra del Montúfar fue más grande que la del campeón y en un momento Rojas pensó que eso afectaría su rendimiento, pero por el apoyo de sus compañeros, quienes desde los graderíos se hicieron sentir eso no sucedió.

Los seleccionados con orgullo levantaron la bandera de su colegio y dieron la vuelta olímpica con ella.

Mientras los azules fueron premiados desde los graderíos sus compañeros coreaban “Gracias Espejo”. El ‘profe’ González terminó siendo levantado por sus pupilos. Lo lanzaron al aire de la emoción y gritaron: ¡campeones!...