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Futbolero
28 de septiembre de 2017 08:55

Tiene un dilema: ¿Se irá al box profesional?

El púgil ecuatoriano se debate entre la opción de seguir representando a Ecuador en torneos internacionales o lanzarse al profesionalismo. Foto: Diego Pallero / ÚN

El púgil ecuatoriano se debate entre la opción de seguir representando a Ecuador en torneos internacionales o lanzarse al profesionalismo. Foto: Diego Pallero / ÚN

Álex Puruncajas

Las carcajadas del pequeño Derrick Bossli, de 2 años, interrumpen los potentes golpes que Carlos Mina da contra un saco de arena del gimnasio de boxeo de ­Cotocollao.

Alertado por las sonoras risas de su primogénito, el púgil que obtuvo diploma olímpico en Río 2016 y ganó la primera medalla de un Mundial de boxeo para el país hace un mes, se detiene. Se pone a juguetear con el guagua en el ring. Le pide que le lance un par de golpes.

Su bebé y su pareja, Katherine Mercado, acompañan usualmente a Mina al gimnasio. Ahí, por las mañanas, busca perfeccionar su técnica. En Las Vegas, donde estuvo hace dos meses, le dijeron que cometía errores de un novato: no pegaba con la mano ‘llena’ a sus oponentes.

Mina, nacido hace 24 años en Guayaquil, tomó nota. Por eso, lanza golpes precisos al saco. Lo hace tempranito, solo en uno de los gimnasios duros del boxeo quiteño: el de Cotocollao.

Pese a que se vino con la medalla de bronce del Mundial de Alemania poco ha cambiado. Él se entrena por su cuenta sin un técnico. Vinicio Cobo, el entrenador del gimnasio, lo alienta y lo pone de ejemplo ante sus pupilos. Se ejercita solo, pues aún no existe un ‘concentrado’ de la selección para un torneo oficial.

En los ensayos le acompañan talentos que quieren imitarlo y llegar a representar al país.

El púgil se emociona con el apoyo, pero confiesa que las dudas lo asaltan por permanecer en el boxeo amateur. ‘Managers’ de Estados Unidos han intentado persuadirlo para que se ‘lance’ al boxeo rentado.

“Es algo que debo meditar bien. No me conviene estar solo como profesional. Necesito estar asesorado y tener respaldo. No puedes salir solo a eso. Es un negocio y debes tener todo claro”, le dice a ÚLTIMAS.

Aun así, expresa que la opción de mejorar su calidad de vida es lo único que lo pone a meditar sobre su lanzamiento a la arena profesional. “Está claro que este es mi trabajo, pero tengo mi familia y mis responsabilidades. Si se me presenta una chance podría hacerlo”.

Le inquieta no contar con una casa para sus familiares.

El guayaquileño, que representa a Pichincha, está en el plan de Alto Rendimiento del Ministerio de Deportes. Recibe USD 2 000 mensuales, pero siente que ya necesita un techo propio para residir.

“He visto que a otros deportistas los han premiado con un hogar por sus actuaciones”, expresa el deportista que también recibe el apoyo de la empresa Intaco para viajes al exterior o para entrenamientos.

Con todo, aún tiene en mente los Juegos Olímpicos del 2020 de Tokio. “Ir a otra Olimpiada es algo que podría estar a la vuelta de la esquina. He tenido la ilusión de alcanzar una medalla para mi país, pero quiero que mi familia se sienta bien”.
En medio de sus dilemas, se vienen los Juegos Bolivarianos, en Santa Marta, en noviembre. Él medita sobre su participación en ese certamen.