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Futbolero
30 de enero de 2020 14:23

Andrés Chicaiza quiere ser el eje de la U. Católica

El talentoso 10 dejó Liga y se pasó a la Católica en pos de más continuidad. Foto: ÚN

El talentoso 10 dejó Liga y se pasó a la Católica en pos de más continuidad. Foto: ÚN

Pablo Campos
(D)

El sol no da tregua en el complejo de La Armenia. Todos rehúyen del astro rey, pero Andrés Chicaiza sigue jugueteando con un esférico en el área chica de la cancha principal. ÚLTIMAS le pide que haga jueguitos con el esférico y el otavaleño, de 25 años, empieza a demostrar por qué le dicen ‘Mago’. Controla el balón con las dos piernas, con el pecho, la cabeza.

Al fondo de la cancha se escuchan los primeros silbidos. A los jugadores de fútbol les encanta hacer escarnio del compañero al que toman fotos o que da entrevistas en exclusiva. Sin ver a sus compañeros, Chicaiza ya sabía quién lideraba las bromas: “Ese fijo es la Abeja Oña”, dice entre dientes. No falló. Bryan Oña, su excompañero en Delfín era quien más silbaba.

Chicaiza afronta un nuevo reto: en plenas festividades de diciembre sorprendió al mercado futbolero, al abandonar Liga de Quito y firmar por la ‘Chatoleí’. Una gráfica suya, publicada en las redes sociales de Católica, abrazado a su padre Luis, puesto la camiseta del ‘Trencito’ y con el cabello tinturado de rubio confirmaron el traspaso del mediocampista.

“Necesitaba un equipo en donde pudiera tener continuidad. Soy un agradecido con don Rodrigo Paz y su hijo Esteban, que siempre me apoyaron, pero en Liga no tenía espacio, no estaba en la idea del entrenador (Pablo Repetto)”, cuenta, a manera de explicación el otavaleño.

Todo se definió el 27 de diciembre del 2019. Tres días antes, la gente de la Católica empezó a sondear al futbolista, que vacacionaba en Estados Unidos con su esposa Daniela Hermosa y la pequeña Noelia.

La propuesta le gustó al jugador y así se lo hizo saber a su padre Luis, quien maneja todos sus asuntos del fútbol desde su natal Otavalo, donde aún reside.

Cuando volvió de la ‘Yoni’, Chicaiza y su padre se reunieron con los dirigentes de Católica y acordaron el tema de la vinculación y el salario. Además, hubo un arreglo con Liga, que aún tiene los derechos del jugador por otras tres temporadas más. Luego de todo aquello vino la famosa foto de Chicaiza con la elástica de la Católica.

“Es un jugador que le puede aportar mucho al equipo. Tiene buen dominio del balón, usa continuamente al nueve para hacer paredes, también se asocia con los jugadores que vienen con las bandas. Se acopla plenamente al estilo de juego que practicamos en Católica. Lo importante en su puesto es tener continuidad, esperemos que aquí pueda lograrla”, reflexiona el entrenador del equipo, el colombiano Santiago ‘Sachi’ Escobar.

En la lucha por el puesto, Chicaiza tendrá que buscarse un espacio con jugadores con más trayectoria en el equipo: ‘Sachi’ ha probado en los amistosos de pretemporada en la zona del 10 al argentino Bruno Vides y a Diego Armas. Pero Chicaiza viene con el fuerte empujón anímico que le dan su esposa y su hija: “ellas son siempre mi soporte y mi balance. No dejan que me crezca mucho cuando van las cosas bien, ni que me vaya para abajo cuando todo va mal”.

El miércoles 11 de diciembre, el volante jugó su último partido con Liga. Entró en el segundo tiempo de la final ante Delfín y en 10 minutos recibió dos amarillas (81 y 90+1). Impotente, le pegó a un inflable de publicidad a su salida de la cancha. “Ese día entré a la cancha enojado y frustrado por mi suplencia. Creo que al menos una de las amarillas fue exagerada”.

Chicaiza quiere olvidarse de esa última imagen. Dice que lo mejor de Liga es su hinchada. No sabe si volverá al equipo. Ahora, quiere enfocarse en dibujar gambetas en los partidos oficiales, tal como lo hace en las prácticas en La Armenia.