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Futbolero
13 de diciembre de 2017 09:47

Anderson Julio es tan rápido en la cancha como en la fisioterapia

Anderson Julio dispara al arco defendido por el golero Johan Padilla, de El Nacional. Foto: ÚN

Anderson Julio dispara al arco defendido por el golero Johan Padilla, de El Nacional. Foto: ÚN

David Paredes

Hace dos meses, los médicos de Liga dictaminaron que a Anderson Julio se le acababa la temporada. Una lesión de ligamentos obligó a que el DT Pablo Repetto prescinda de un jugador que le estaba rindiendo y que entendía bien lo que él buscaba en un volante: velocidad en precisión y dinámica.

Julio era una verdadera bala por el costado derecho. Incluso el estratega uruguayo llegó a planificar el resto de la temporada con él como titular inamovible. Pero en un entrenamiento, el diamante se quebró. El mediocampista, de 20 años, chocó con Luis Cangá en un entrenamiento y se lesionó la rodilla.

El imbabureño trabajó a doble jornada durante dos meses. Roberto Teixeira, el preparador físico de Liga, organizó junto a los fisioterapeutas un plan para que Anderson vuelva en tiempo récord a las canchas.

El objetivo se logró y todos en la tienda alba están felices. El pasado viernes, Julito entró al cambio en la victoria de Liga ante Clan Juvenil. Repetto y Texeira eran los más felices.

“Anderson es un muchacho potente, rápido y de mucha habilidad. Tiene temperamento y lee muy bien el juego. Volvió rápido a las canchas porque se mentalizó que eso quería”, dijo el preparador físico uruguayo.

La lesión que sufrió Julio no fue la más grave en su corta carrera. Hace dos años se rompió el ligamento interno de la misma rodilla. Fue en un partido de Reserva. Por eso, el guambrito extremo por derecha supo todos los cuidados que debía tener.“Tenía en mente recuperarme sí o sí lo más pronto. Todos me decían que ya no iba a jugar este año. Escuchaba y leía en la prensa que iba a volver en el 2018.

Puse de mi parte y le metí muchas ganas. Me recuperé en menor tiempo de lo que decían los doctores”, dice Julio.

Mientras Anderson se estaba recuperando,a su hermano Jhojan se le abrió una oportunidad. Repetto necesitaba un jugador con el mismo estilo de juego. “Mi hermano habló conmigo sobre mi titularidad. Me dijo que si ya estaba en su puesto que siga trabajando hasta quedarme con ese lugar en la cancha y en el esquema del ‘profe’ Repetto”, dijo Jhojan.

Lo que pudo ser motivo de pelea entre hermanos (por celos profesionales), terminó en unirlos más. Jhojan Esmaiden visitaba constantemente a su ñaño para pedirle consejos. Por su parte, Anderson se motivaba con las historias del pequeño de la casa. “Mi hermano me visitó algunas veces mientras me recuperaba. Tuve la suerte de que la fisioterapia la empecé a la semana. Entonces siempre tuve contacto con él y con el resto del equipo”, aclara Anderson.

El viernes tuvo de inicio miedo de perder la pierna, pero de a poco se fue afianzando. Hoy es una de las principales alternativas en el juego de repechaje en Ambato. Liga visita al Técnico Universitario con la intención de asegurar su cupo en la Sudamericana.