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En Las Aulas
10 de julio de 2019 16:34

Sueño en las vacaciones

Imagen Referencial. Es importante que los padres de familia vigilen que sus hijos mantengan una rutina saludable de sueño cuando no van a clase. Foto: Archivo / ÚN

Imagen Referencial. Es importante que los padres de familia vigilen que sus hijos mantengan una rutina saludable de sueño cuando no van a clase. Foto: Archivo / ÚN

Valeria Heredia

En la época de clases, la pequeña Jossenytd duerme nueve de las 24 horas del día. En vacaciones esta rutina cambia: se acuesta más tarde y descansa dos horas más. A su madre Marisol Borja no le preocupa esta variación, ya que su hija solo está ‘recargando’ energía.

El sueño es un proceso fisiológico, que influye en el crecimiento, la memoria y el estado de ánimo. Contrario a lo que se piensa no es una actividad pasiva, ya que el cerebro está en actividad para, entre otras funciones, guardar la información recopilada durante el día.

Esta función se cumple cuando una persona llega a un estado de relajación absoluta. Se lo conoce como REM o movimientos oculares rápidos -por sus siglas en inglés-. Esta es la última fase de cuatro existentes.

Niños como Jossenytd, de 9, alcanzan ese nivel, siempre que lleven un estilo de vida saludable: alimentación adecuada, menos preocupaciones y más actividad física.

Mientras que adultos como Marisol, la madre, no logran el anhelado sueño reparador o aquel que alivia el cansancio generado a diario.

Lo explica el neurólogo Augusto Arias, coordinador de Servicios Médicos del Hospital Quito Sur del IESS. “En las primeras fases del sueño hay movimiento y es más fácil despertarse; pero en el REM no. Aquí se produce relajación muscular total”.

Unas horas de sueño adicionales son importantes para la relajación del cuerpo, ya que entre más dure el ciclo REM -dice Arias- es mejor para la eliminación de toxinas; pero el sueño debe ser de calidad. Una persona puede dormir más de 12 horas y levantarse con cansancio. Mientras que otra puede descansar solo cuatro y lograr la relajación. Depende del estilo de vida.

La falta de sueño puede provocar varias enfermedades, accidentes de tránsito o laborales, problemas mentales, fatiga, poca concentración o incremento del apetito. Esto afecta al normal desenvolvimiento de una persona. En total hay cerca de 100 males relacionados con el sueño, entre ellos, insomnio, apneas y narcolepsia.

Cuando un individuo tiene una dieta basada en grasas, fritos o carbohidratos no puede alcanzar un descanso total. Lo mismo les ocurre a quienes fuman o beben. Pero una alimentación rica en verduras y pocos carbohidratos lleva al ansiado buen dormir.