La biblioteca: el capital literario de los docentes
La lectura y la escritura son dos aliados de la cultura. Las personas que leen acceden a los conocimientos, de manera espontánea y libre, por placer, antes que en forma obligada, como acontece en ocasiones.
El espacio ideal para la lectura sigue siendo la biblioteca escolar o familiar, que es un territorio especial que potencia el capital literario de profesores y estudiantes.
Los libros son amigos
En una cartilla publicada por Grupo Santillana se expresa que “la biblioteca de aula es el espacio que permite la comunicación, a través de la lectura y escritura”. Y en el caso de los libros advierte que “sirven para reír y llorar con ellos, para subrayarlos, para guardar fotografías, conocer lugares, para meter la nariz entre sus páginas y descubrir el mundo”.
El placer de leer
Se dice que el placer de leer no es inmediato ni automático. Es necesario la motivación para motivar los primeros momentos de lectura placentera. El juego es un mecanismo clave, así como la actuación del mediador o facilitador.
Biblioteca de aula
La biblioteca -dice Santillana- es el lugar donde se hace realidad el placer de la lectura. Debe estar dotada de cuentos con diversos temas, autores, ilustradores y formatos. La ubicación depende del espacio, y que los niños participen activamente en su organización.
Algunas reglas
Al principio es necesario comunicar a los niños sobre el buen trato de los libros. Una estrategia interesante es que los propios niños inventen sus propias reglas para mantener bien a sus amigos, los libros.
La creación del ambiente para la lectura de los libros, y lograr que cada libro ‘hable’ a través de un títere sencillo ayuda al propósito central.
Las reglas más comunes de las bibliotecas de aula son: los libros son amigos, a los libros se los quiere, los libros no muerden, los libros se guardan con cuidado, en los libros no se pinta ni se raya, en la biblioteca no se come y cuidemos las hojas de los libros.
La lectura en voz alta
Cuando los docentes leen en voz alta -cuentos, poesías, noticias, chistes- se producen aprendizajes. Recuerden que el proceso de lectura tiene un antes, durante y después. Al final invite a los niños a recordar los cuentos que han leído.
