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El Jefe Eres Tú
25 de febrero de 2019 14:19

Cuando ser jefe no es igual que ser líder de un negocio

Imagen referencial. Reconozca a los denominados antilíderes y enfréntelos con paciencia y estrategias pensadas en frío. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Reconozca a los denominados antilíderes y enfréntelos con paciencia y estrategias pensadas en frío. Foto: Pixabay

Redacción El jefe eres tú
(I)

Toma decisiones inesperadas, culpabiliza a los demás por sus propios errores, genera desorden y caos dentro de su propio equipo, produce miedo.Estas son algunas de las características de lo que en recursos humanos se conoce como un antilíder.

Julián Sopo, gerente de consultoría de la empresa de recursos humanos Adecco, explica que lo primero que los negocios y los colabodores deben saber es que lo que se conocía como líder en su momento no existe más. Además, que el estar en una jefatura nada tiene que ver con dirigir correctamente un equipo.

“Un líder es ahora el que tiene seguidores. Son las personas que atraen a los colaboradores para conseguir objetivos en común. Fomentan la participación del personal”, manifiesta.

Un antilíder, por otro lado, no invita a su equipo a aportar con sus opiniones, define todo lo que se va a realizar y no cree en sus colaboradores.

La confianza es clave para que un grupo funcione correctamente.

También debe preocuparse por su equipo y en ese camino trabajar por conseguir resultados. Un antilíder, en cambio, es como un mal oficial en la guerra: no le importa cuantos soldados pierde en la batalla sino la meta que obtiene.

El tener empatía es fundamental para un trabajo de colaboración.

Consejos para reconocer los antilíderes

Es importante que un colaborador que trabaja con un antilíder no le enfrente directamente. Al estar en una posición de vulnerabilidad corre el riesgo de enfrentar malos tratos, despidos, etc. Por ello debe idear una estrategia para realizar su trabajo sin afectaciones.

Una posibilidad, según Sopo, es asumir una posición de liderazgo. Encarar con buen estado de ánimo sus actividades diarias, generar cambios en el grupo a partir de decisiones propias, etc.

Un antilíder no motiva a su equipo. Por eso a un colaborador no le queda otra alternativa que motivarse por decisión propia. Es importante que mantenga siempre su imagen en alto a pesar de cualquier acción externa que le desaliente.

¡Inspírese! Lea casos de personas que han tenido que frenar obstáculos y, a pesar de ello, han logrado buenos resultados.

La empresa o negocio debe hacer diagnósticos permanentes de las personas en cargos de confianza. Eso le permitirá identificar empleados con rasgos negativos y que generan problemas o temor en el personal de la firma.

Los líderes no se forman en una universidad, ni tampoco son los buenos empleados que consiguieron grandes metas. Por ello es importante que las personas que ocupan jefaturas acudan a escuelas de liderazgo. Si aún así no funcionan, el negocio debe tomar decisiones.

Analice cómo opera el antilíder que conoce.