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29 de diciembre de 2016 11:34

Solanda, otra ciudad en el sur de Quito

El parque De la Madre es uno de los puntos de encuentro de los moradores de Solanda. Frente a este se encuentra el mercado y a un costado la Casa Somos. Foto: Armando Prado / ÚN

El parque De la Madre es uno de los puntos de encuentro de los moradores de Solanda. Frente a este se encuentra el mercado y a un costado la Casa Somos. Foto: Armando Prado / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Redacción Últimas Noticias (I)
Solanda, a diferencia de otros barrios de Quito, nació guapeado y con casas de varios modelos: trifamiliares, las que estaban unidas por “puentes” y las de dos pisos. Hoy, tiene siete sectores con unos 123 000 habitantes. Primerito llegaron 23 familias. Los interesados en las casas se empezaron a apuntar desde 1972.

El barrio nació como un proyecto de vivienda en los terrenos heredados por María Augusta Urrutia. Esta es la historia que se repite en la “otra ciudad”, como bautizaron los vecinos al sector fundado en 1986. La meta era levantar 6 000 viviendas, en más de 100 hectáreas.

María Eugenia Albán, prosecretaria de la directiva del barrio, se sabe de memoria las razones para que Solanda sea otra urbe dentro de la capital: “estamos en el centro de todos, hay transporte, comercio, servicios...”.

En la “otra ciudad” hay moradores, como Walter Chávez, que recuerdan que se abastecían de agua en la quebrada Río Grande. En esa laberíntica ciudad, donde si no conoce se pierde, hay un espacio emblemático, donde fueron las primeras fiestas, retretas y, claro está, agasajos a las madres. Se trata de parque De la Madre, inaugurado en 1993. La estatua central, cuenta el hombre, se la “robaron de El Trébol”. A minuto seguido, sonriente, rectifica, “sí pedimos permiso”.

Un nombre con legado


El bautizo. 

El nombre del poblado del sur de Quito, como todos saben en el lugar, tiene todo un camino histórico. Esta denominación hace referencia a la Marquesa de Solanda. Los terrenos donde se levantan las viviendas y comercios fueron donados por María Augusta Urrutia a la Fundación Mariana de Jesús.

Las tierras eran parte de una hacienda. En el barrio hay quienes recuerdan que las casas les costaron como 1 300 000 sucres. El sector tiene, además del nombre histórico, otras particularidades, como ser la zona más densamente poblada de toda la ciudad. La distribución es como una especie de laberinto. Como dicen los vecinos: si entra a Solanda y no conoce, fijo se pierde. Además, tienen su propio bulevar, en la calle José María Alemán, más conocida como La J. Ahí encuentra desde un par de medias hasta un refrigerador.