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7 de febrero de 2017 10:37

A los 93 años falleció Monseñor Luna Tobar

El padre Alberto Luna Tobar fue el primer carmelita descalzo ecuatoriano. Foto: Archivo / ÚN

Monseñor Alberto Luna Tobar fue el primer carmelita descalzo ecuatoriano. Foto: Archivo / ÚN

Redacción Últimas Noticias

En su habitación privada de La Armenia, ubicado en el valle de Los Chillos y en medio de las oraciones de sus conocidos y amigos, falleció este martes 7 de febrero del 2017, el 'cura rojo' tras un progresivo deterioro de su salud. Así se lo conoció a Monseñor Luis Aberto Luna Tobar durante el gobierno de León Febres Cordero.

La noticia de la muerte del arzobispo Emérito de Cuenca, a sus 93 años, ocurrió a las 7:15 y  fue confirmada por Marcos Pérez, arzobispo de Cuenca. Además minutos después fue replicada por el presidente Rafael Correa en su cuenta de Twitter.

En sus primera palabras, el Arzobispo encomendó el alma de Monseñor Luna al Señor. Contó que “el momento del fallecimiento estaba junto a él”; también estuvo monseñor Fausto Trávez, arzobispo de Quito y Primado del Ecuador. Los dos prelados rezaron por su alma; “Luna ha muerto en la misma actitud en la cual vivió: en paz”.

Seis meses antes, su estado de salud fue un continuo motivo de ansiedad y tras varios días de grave deterioro. El prelado padeció de insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial, carcinoma de próstata, metástasis pulmonar y demencia senil. Su condición se complicó aún más e tras una neumonía que lo atacó a mediados de diciembre del 2016.

El jueves pasado, en reunión de obispos en la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) se detalló que una primera misa se hará en La Armenia, lugar donde vivió sus últimos siete años de vida.

Posteriormente se prevé una misa solemne, como una especie de primer funeral, en la iglesia Santa Teresita en donde, por varios años, fue el párroco del lugar. Fue el primer ecuatoriano de la orden Carmelitas Descalzos.

El último acto de despedida a este ilustre religioso será en Cuenca. En su catedral se oficiará, junto a tifus los obispos del país, la misa solemne de despedida, para luego enterrarlo en la cripta.

Él decía que su voluntad es que cuando muera le entierren en la cripta de la Catedral de Cuenca. Luna Tobar les pidió que en la lápida de su tumba se escribiera: Aquí está el que fue.