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18 de febrero de 2017 09:12

Los peatones cruzan a las carreras

Los peatones no tienen más remedio que lanzarse a cruzar los ocho carriles. Foto: Vicente Costales / ÚN

Los peatones no tienen más remedio que lanzarse a cruzar los ocho carriles. Foto: Vicente Costales / ÚN

Evelyn Jácome

Tiene a su hija en brazos y no se anima a cruzar. Intenta por dos ocasiones, pone un pie en la calzada pero a último momento se desanima. La tercera es la vencida. Abraza a su hija y pega la carrera.

Cruza uno, dos tres, cuatro carriles y luego debe esperar en el parterre para poder continuar. Es María Angélica Iturralde, de 30 años y vive en la parte baja de La Bota, en el norte de la ciudad.

Todos los días cruza el intercambiador de Carapungo, el más moderno y grande del Distrito, pero lo hace por una zona indebida. Su explicación es simple: si caminara hacia el único paso peatonal que hay en el sector, perdería al menos 15 minutos. Su tiempo es oro, dice, así que prefiere arriesgarse a ganarle a los autos.

El aporte de la construcción del intercambiador a la movilidad es innegable. Antes de su construcción, cruzar la intersección de la Panamericana Norte con la Simón Bolívar en auto o bus tomaba hasta 45 minutos. Hoy se tarda apenas cuatro. La obra cambió la vida de cerca de 250 000 personas que habitan en más de 400 barrios en la parroquia del Calderón, pero generó un par de inconvenientes, en especial a los peatones.

Jacinto Caiza es otro de los moradores que prefiere cruzar por una zona prohibida que caminar hasta el paso peatonal. Admite que es peligroso, sobre todo para los alumnos de colegios cercanos y para las personas mayores de edad.

Darío Tapia, de la Secretaría de Movilidad, aseguró que se identificó el problema y se trabajará con brigadas de seguridad vial de la Agencia Metropolitana de Tránsito. Luego del Carnaval, se iniciará una campaña de educación vial en la zona para motivar a la gente a cuidar su vida y caminar hasta el paso elevado.