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15 de marzo de 2017 16:35

El origen del equinoccio o del fuego nuevo en Quito

El 19 de marzo de cada año cae el sol perpendicular sobre Quito: es el día del equinoccio o día del sol. Foto: ÚN

El 19 de marzo de cada año cae el sol perpendicular sobre Quito: es el día del equinoccio o día del sol. Foto: ÚN

Redacción En las aulas

El escritor Oswaldo Rivera Villavicencio, en la obra ‘Vibraciones del Tiempo’ refiere la historia del día del sol, que se conmemora el 19 de marzo.

¿Por qué equinoccio?
En lenguas nativas, lo que actualmente se denomina como equinoccio tenía el significado de sol recto, que coincide con el día del sol o día del fuego o Muchuc Nina.

Se dice que a mediodía no hay sombra, según investigaciones de Alfredo Breilh, “quien manifiesta que existen observatorios exactos en Rumicucho, Cochasquí y Puntiachil”, sitios donde se celebraba el equinoccio o la fiesta del sol.
Referencias

Rivera se fundamenta en los estudios de Breilh, quien describe que ‘los españoles José y Juan Antonio de Ulloa, en “Relación del viaje a la América Meridional’, registran la existencia de una construcción cilíndrica abierta arriba, como de cinco metros de altura y dos de diámetro, que fue forrada de oro, razón demás para su rápida destrucción a mano de los recién llegados españoles”.

El rito de fuego

Según Alfredo Breilh, el historiador inca Garcilaso de la Vega, menciona que “el día del equinoccio se colocaba en el piso, al centro del cilindro un plato de oro de forma de una media naranja. El sol que caía vertical lo calentaba y el metal rebotaba de calor, a tal punto que se encendía el fuego que iría a durar todo el año, una vez que era repartido a las familias para que lo sostengan”.

Así era el rito de fuego, que marcaba el inicio del año. Y a los niños que nacían ese día se les consideraba hijos del sol. Uno de ellos fue Atahualpa, que fue engendrado nueve meses antes del día del sol. Su nacimiento fue entre el 19 y 20 de marzo.
La influencia del sol fue clave en el desarrollo de nuestras culturas, atadas a la agricultura y el amor a la tierra. Es el nuevo amanecer para el mundo andino.