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31 de enero de 2017 15:55

El diablo resguarda al rey

Las comunidades de la provincia de Chimborazo festejan al Niño Jesús. Foto: Alfredo Lagla / ÚN

Las comunidades de la provincia de Chimborazo festejan al Niño Jesús. Foto: Alfredo Lagla / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Desde Navidad hasta los primeros días de enero, el pase del Niño llena las calles y el campo de Riobamba, provincia de Chimborazo. Y lo hacen con música y baile ejecutados por los diablos de hojalata, los payasos, los curiquingues y los sacharrunas.

Los diablos de hojalata y los payasos del barrio Santa Rosa representan la visión mestiza de la fiesta por el nacimiento del Niño Jesús; los curiquingues y los sacharrunas son personajes sagrados para las creencias de la cultura indígena en un sincretismo colorido.

El diablo de lata, dicen los estudioso del personaje, es originario de la parroquia Yaruquíes, en Riobamba, donde bailaba tradicionalmente en el Corpus Christi, cuando la población indígena agradece a la madre tierra por las cosechas y cuando la Iglesia católica celebra la Eucaristía.

Su presencia fue decreciendo en esos acontecimientos, pero reapareció en el barrio Santa Rosa para adorar y acompañar a la imagen del Niño Jesús, conocida como ‘Rey de reyes’ de la familia Mendoza.

Y los diablos son los que llegan a resguardar a la divina imagen. Tradicionalmente visten una careta de metal rojo con negro, con una trenza tejida de cabuya, un camisón bicolor y los pañuelos adornados…

Esta manifestación que se vive desde hace un centenar de años en Santa Rosa, que era conocido como un barrio de hojalateros, ha congregado a un centenar de diablos. El diablo tradicional lucía una careta bicolor con una trenza de cabuya.

Las personas que se disfrazan de ese personaje lo hacen por fe o por purgar un pecado que han cometido en su vida. Y para conseguir el perdón tienen que bailar, como diablo, por siete años consecutivos.

De acuerdo con esas creencias, después de los siete años consecutivos, ese diablo recibe un farol luego de terminada la misa al Niño Jesús y, al salir de la iglesia, le prenden, explota y sale una paloma blanca. Así se libra del mal.